Capítulo 11

43 2 0
                                    

Jessica saboreaba una paleta de limón mientras Alejandro ajustaba un asunto que lo llevó a pedir un momento a la chica.

—Listo. —Alejandro guardó su celular.

—¿Qué estabas haciendo? —Preguntó Jessica, intrigada.

—Cambiar mi nombre de usuario en Facebook e Instagram, por si acaso Meli decide buscarme en esas redes. —Reveló Alejandro mientras se apresuraba a terminar su helado de vainilla.

—Entiendo... Entonces, recapitulando. Tu conciencia, no tu cuerpo, es de otro universo, por error terminaste aquí y necesitas encontrar a tu amiga que estudia en el técnico en música y necesitas ir al centro. ¿Verdad?

—¡Exacto! ¿Me crees? —Preguntó sorprendido el chico.

—En absoluto, pero te sigo el juego. ¿Eres igual de exagerado en tu universo?

—¿Exagerado? —Preguntó, confundido por el adjetivo.

—Si solo querías saber cómo llegar al centro, ¿no podrías haberme preguntado en lugar de llevarme aquí y contarme toda tu historia?

Alejandro se quedó en silencio, reflexionando. —Quizás estaba tratando de asegurarme de que me ayudarías... Pero ¿por qué no me crees? ¡Te hablé de algo personal!

Jessica asintió. —Bueno, te creo en un 70%.

—Es suficiente para mí. —El chico sonrió, luego se dio cuenta de que aún le quedaba la mitad de su helado, mientras que Jessica ya había terminado su paleta.

Recordó inevitablemente las veces que Jessica en su universo siempre se sorprendía por lo despacio que comía.

—¿Siempre eres tan lento para comer? —Preguntó Jessica cuando lo notó.

—Aquí vamos de nuevo.

Mientras tanto, en CCU, la clase de Adi y Melisa había terminado al mismo tiempo que la de Mario, Asaf y Uriel, por lo que intentaron no demorarse mucho para llegar al equivalente de su Técnico en Música en ese universo.

Cuando Ángela vio a Mario sentado en una de las bancas frente al edificio principal, corrió hacia él y lo abrazó. Adi y Melisa la siguieron hasta reunirse con los chicos.

Melisa observó detenidamente a cada uno de ellos.

Asaf era más alto y su cabello largo estaba atado con una liga; además, no era tan rizado.

Uriel también llevaba el cabello largo, pero lo tenía suelto y, a diferencia de su versión en su universo, tenía el cabello de color café.

Luego, observó a Mario, y al prestarle atención, notó algunas similitudes físicas con Marissa.

También notó que, de alguna manera, todos parecían diferentes; si no fuera por sus nombres, no estaría segura de quién era quién.

—¡Hola chicas! —Saludó Mario junto a Asaf y Uriel.

Melisa simplemente levantó la mano en señal de saludo, a diferencia de Adi, que los saludó entusiasmada.

La pianista se sentía como si estuviera en un lugar completamente diferente.

Después de una breve conversación que involucraba a todos, Asaf comentó: —¿Y este milagro de que vienen? Por lo general, nosotros tenemos que ir hacia ustedes para acompañar a este —señaló a Mario.

—¡Cierto! —Ángela recordó y miró a Asaf. —Venimos porque necesitamos que ayuden a Meli.

—¡Claro! ¿En qué podemos ayudarla?

La Elección De AmelisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora