Capítulo 55

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Addi miró a Alejandro y luego soltó una carcajada. —¿Su entrenamiento multiversal?

—Tenemos que salvar el multiverso, ¿no, Meli? —preguntó el pianista.

Melisa, confundida y preocupada, asintió. —C-creo que sí...

Addi volvió a reír. —Claro, salvar el multiverso. —Addi terminó de guardar sus útiles y se levantó de la butaca para salir del salón.

—Meli está estudiando para el examen de solfeo —dijo Alejandro, siguiéndolas mientras se dirigían fuera del aula.

—¿Y eso es lo que no me querías decir? —preguntó Addi, incrédula.

Melisa pensó en una excusa. —Es que si te decía que estaba estudiando para el examen de solfeo, me ibas a regañar por no concentrarme también en piano.

—Tienes que concentrarte en ambas cosas, Meli, así saldrás bien en los dos exámenes.

—Lo intentaré —la pianista sonrió—. Alejandro, necesito ver a la profesora Rocío en el auditorio Cuicacalco, ¿me acompañas?

—Claro —respondió Alejandro sin dudarlo.

—Nos vemos en un rato —se despidió Melisa temporalmente de Addi.

Cuando ya estaban a una distancia considerable de sus amigos, la pianista decidió hablar. —¿Crees que está bien contar lo que estamos haciendo?

Alejandro rió, suponiendo que su amiga se preocuparía. —Primero, no creo que nos tomen en serio. Para que me creyeras sobre el multiverso, tuvieron que pasar mil cosas. Segundo, este es nuestro universo, Meli; aquí podemos hacer lo que queramos sin ninguna repercusión... o eso creo.

—Bueno, si hubieras dicho algo que te metiera en problemas, creo que Astraea y Arden ya habrían llegado. Así que te creeré.

—O Addi o Uriel... los cazadores.

—¡Sí! Las mismas personas, pero a la vez tan diferentes.

—Lo sé... Es muy extraño. Pero, ¿por qué no hablamos de lo que pasó ayer? ¡Lograste usar tu poder! —dijo Alejandro, emocionado—. ¿Ya intentaste utilizar tus otros poderes?

—No, desde que desperté, la preparatoria y el Técnico no me han dejado ni un minuto. Además, sinceramente, no recuerdo cuáles eran. ¿Tú intentaste usarlos?

—¡Sí! Mira esto. —Alejandro cerró los ojos después de asegurarse de que no había nadie cerca.

Podrías quedarte aquí pensando
Podrías seguirlo incendiando
La vida entera...

Después de recitar la melodía, Alejandro estiró su mano hasta que en su dedo índice de la mano derecha apareció una pequeña flama.

Melisa, sorprendida, rió. —¿Fuego?

—¡Sí! —Alejandro también rió—. Hablé con Leojared toda la noche en mis sueños. Me explicó todo acerca de sus poderes. Este es el fuego ancestral del fénix; lo adquirió de ese ser interdimensional. Es muy poco, pero me dijo que con práctica podré hacer más que solo una simple llama.

—¡Qué genial! —exclamó la pianista—. ¿Y mis poderes se activan con la misma pieza que ayer?

Alejandro cerró el puño, haciendo que la pequeña flama se extinguiera. —No, cada poder se activa con una canción diferente —explicó—. Deberías hacer una lista de tus canciones favoritas para ver cuáles activan tus habilidades y cuáles no.

—Eso haré. ¿Cómo crees que será el entrenamiento?

—No lo sé, pero debemos aprender lo máximo posible. Solo así tendremos la certeza de derrotar a La Reina De Las Sombras.

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