Capítulo 49

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Los presentes en la sala de ingeniería multiversal mantenían su mirada de intriga fija en la pianista.

—Bueno... ¿Qué te parece si haces una prueba de tu poder? —preguntó Aelurus, expectante ante lo que vendría a continuación.

—Yo... —Melisa titubeó. Aunque Amelis había sido clara, la última situación la tenía bastante distraída. —No sé cómo podría demostrarlo.

—¿Por qué no intentas algo similar a lo que hiciste anteriormente? —sugirió Lithara, interpretando el nerviosismo de Melisa como simple inseguridad. —En el Universo 4756, pasaste de un universo a otro a voluntad.

—Pasar a voluntad... —Melisa recordó la visión interdimensional que había experimentado.

—Bueno... En mi anatomía, los seres interdimensionales tenemos varios músculos internos que, al moverlos, invocan un poder diferente, pero en la anatomía humana eso no existe. Sin embargo, tienen un equivalente, y sería imaginarlo.

—Imaginarlo... —repitió en voz baja Melisa, pensativa. —¿Pero a qué universo podría ir?

—Las posibilidades son infinitas —comentó Astraea.

—No lo pienses demasiado, es solo una prueba —sugirió Alejandro. —¿Por qué no intentas simplemente con lo primero que se te ocurra?

La pianista reflexionó sobre el consejo. Últimamente, había estado considerando la idea de un nuevo corte de cabello. Aunque le gustaba su melena larga, empezaba a pensar que un cambio no le vendría mal.

Melisa empezó a enfocar su idea. —Si voy a un universo donde tengo el cabello corto, tal vez pueda decidir más fácilmente si debo cortarlo. —pensó para sí misma. —Ahora, ¿cómo...? ¿Solo tengo que imaginarlo? ¿Tengo que visualizarme a mí misma con el cabello corto? ¿O tengo que imaginar que estoy en un universo donde tengo el cabello corto? —se cuestionó, dándose cuenta de que tal vez necesitaba más claridad por parte de Amelis.

—¿Y bien? —preguntó Aelurus, mostrando su impaciencia. —¿Hay algún problema?

—No, no... —respondió Melisa, desorientada. —Solo necesito unos minutos.

Lithara lanzó una mirada molesta al equilibrista. —Aelurus —lo llamó con tono reprobatorio.

El líder guardián asintió, conteniendo su suspiro.

Melisa recordó algunos gestos que Amelis realizaba para activar sus poderes, como cerrar los ojos, así que decidió hacer lo mismo.

—Ahora... Tal vez si intento imaginarme con el cabello corto... —pensó, visualizando rápidamente un corte que le gustara.

Una vez que lo tuvo en mente, mantuvo los ojos cerrados durante unos segundos, pero no experimentó nada ni percibió ningún cambio.

Antes de decidir abrir los ojos y pedirle más tiempo a Aelurus, comenzó a escuchar una voz.

Poco a poco, más voces se fueron sumando, pero no eran voces cualesquiera; eran familiares.

Melisa abrió los ojos y se encontró en un lugar diferente. Ya no estaba en la sala de ingeniería multiversal, sino en lo que parecía ser un salón.

Internamente, celebró el éxito de su intento, pero algo estaba fuera de lugar. Parecía incapaz de moverse, aunque eso no le impedía ver y escuchar con claridad todo lo que ocurría a su alrededor.

—Kazez página 126. —Informó el profesor Isaac a todos sus alumnos, marcando el inicio de la clase.

Melisa comenzó a hacer suposiciones, deduciendo que se encontraba en la materia de Solfeo.

La Elección De AmelisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora