Capítulo 53

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—¿Lithara?, ¿Qué haces aquí? —preguntó Aelurus en cuanto vio a su compañera Equilibrista.

—Quería avisarte que los chicos ya están tomando su entrenamiento.

—Qué alivio —dijo con tono sarcástico, sin dejar de observar la pantalla frente a él—. Pudiste haber enviado a cualquier soldado de...

—Quería hacerlo personalmente —respondió, interrumpiendo al líder guardián.

—Está bien... Mira esto —dijo Aelurus, señalando la pantalla.

Era el universo 2425.

Héctor, visiblemente nervioso, irrumpió en la sala y se dirigió directamente hacia Asaf. —¿Qué ha ocurrido?, ¿Han encontrado alguna manera de estabilizarla?.

—Héctor... Yo... —Asaf lucía completamente desorientado.

—¿Tu?. —Héctor inquirió, notando la vacilación de asaf en responder

El científico, avergonzado, negó con la cabeza.

Héctor exhaló con molestia. —Asaf, te dije claramente que debías preparar al menos tres planes de estabilización por si la situación se descontrolaba.

—Todos los universos de la segunda ramificación terminan igual —dijo Aelurus, frustrado—. Es como una grabación dañada que no para de repetirse.

Lithara observó a su compañero. Podía notar fácilmente su decepción y culpa.

Héctor rodó los ojos y se dirigió a Adriana buscandola entre la multitud. —Oye, ¿Qué tan extensos son los daños?.

La joven sacó rápidamente una tableta desplegable y comenzó a realizar cálculos. —Según los datos del último análisis, la zona afectada abarca entre 2 y 3 kilometros.

El ceo de industrias Oxxo suspiro. —Si el presidente Juárez sigue, me ajusticiará por esto, pero al menos no será toda la ciudad. —Su risa fue teñida de cinismo.

—¡Ahí! —señaló rápidamente Aelurus—. Ahí fue donde el universo 2421 fue la excepción, porque esta realidad no tendrá una Cazadora de variantes que les advierta que su universo está a punto de ser destruido... Aunque al final no cambie nada.

—¿Cómo que si el presidente Juárez sigue?. —Pregunto Adriana extrañada.

—La revolución es más grande de lo que el presidente creía. —Informó Héctor. —Lo más seguro es que renuncie.

Adriana no pudo contener su emoción. —¡Si!. —Celebro alegremente.

Héctor la miro con gran confusión. —¿Si?.

El semblante de Adriana cambió inmediatamente. —No... Quiero decir...

—Dijiste... —Hector rió para después negar con la cabeza y dirigirse al guardia que tenía más cerca. —Olviden la investigación del sospechoso, ya se quien es la infiltrada de la revolución.

—¡No!. —Grito con desesperación Adriana.

Arréstela oficial.

—Solo en un universo, gracias a una cazadora de variantes, Adriana pudo evitar enfrentarse a la pena de muerte por traición al presidente —Aelurus miraba atento a la pantalla—. Pero eso no sirvió de nada, porque el final de los universos sigue siendo el mismo.

Desde la pantalla, se observaba cómo el universo era consumido, comenzando con la imponente torre Oxxo y extendiéndose rápidamente a toda la ciudad, luego al planeta y, finalmente, al universo entero.

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