—Dásela a alguien más —le digo a Venus apenas entro a la casa. Ella está con la pequeña Bestia mientras lo mece en sus brazos. Xander me mira y estira sus manitos para que lo tome, y yo asiento.
Venus me lo deja en los brazos y luego da un paso atrás mirándome con una ceja enarcada.
—¿Has matado a miles de hombres, y no puedes llevar y traer a una mujer?
Pongo los ojos en blanco.
—Sí. Puedo llevar a una mujer, te llevo siempre a todos lados.
—Entonces...
—Pero, ella es jodidamente clasista, Venus, no sé porque la quieres ayudar —digo molesto—. ¡Se refiere a las mujeres del club como putas, y me lo saca en cara solo porque no acepté tirármela!
—¿A quién no te tiraste? —pregunta Mason entrando a la habitación.
—Allana —digo y él sonríe divertido.
¡Sí, maldito idiota!
Le doy mi cara de pocos amigos y él se encoge de hombros retrocediendo hacia la salida en el claro indicio de que me va a dejar hablando solo con Venus. Bueno, mejor así porque no creo poder soportar las miraditas de Mason.
—¿No te gusta? Es muy bonita —dice ella tranquilamente, como si no hubiera explotado hace unos segundos.
—No se trata de eso...
—Solo ignórala —dice, como si fuera así de fácil.
—Venus...
Da un paso adelante y coloca sus manos en la cadera. Y sé lo que se viene, antes de que siquiera lo diga.
—Mason no confía en ella y hace bien. Todos lo sabemos, pero alguien debe encargarse de que no la maten y confío en ti para hacerlo —dice y luego suspira—. Será solo hasta que nos confirme que de verdad no está aliada con los rusos.
Me la quedo mirando fijamente y es ahí cuando entiendo todo.
—Por eso la tienes en la librería.
Asiente con la cabeza y me da una pequeña sonrisa.
—Algo me dice que no está con los rusos, y tengo buen ojo para esas cosas.
Pongo los ojos en blanco y muevo a Xander cuando él se agarra de mi camisa y comienza a tirarla. Pero, eso no es lo peor, sino el hecho de que me vomita encima. El olor del vómito llega a mis fosas nasales y frunzo el ceño. Miro a Venus, pero tiene la mano en su boca intentando aguantar la risa.
La miro mal.
—¡Lo siento! —dice ella y yo estiro a Xander que casi no se ensució, porque claro, me vomitó solo a mí.
—No puedo creerlo, pequeña Bestia —me quejo.
—Lo moviste mucho —dice Venus excusando a su bestia.
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Perversas Obsesiones.
RomanceKlaus. Vivi años con un odio dentro de mí que podría haberme destruido por completo si le hubiera dado ese poder. Yo era una máquina de matar, lo sabía, había guardado mis emociones bajo llave y nunca nadie podría verlas realmente. Excepto ella, con...