Capítulo 21: Klaus.

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Cuando dejé a Allana en su departamento, ella me miró como quisiera que entrara, pero no creía que fuera una buena idea

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Cuando dejé a Allana en su departamento, ella me miró como quisiera que entrara, pero no creía que fuera una buena idea. Habíamos cogido al lado del cádaver de Dexter y había sido sucio, duro y perverso y demasiado intenso para mi gusto. Me gustó estar dentro de ella, me gustó demasiado y el orgasmo que tuve fue malditamente intenso.

Allana es la clase de mujer de la que los hombres nunca tienen suficiente. La forma en que su rostro se transforma ante el placer era una jodida obra de arte. Me hizo sentir de una forma extraña y por mucho que quisiera follarla en cada rincón de su departamento para que se acordara de mí, sentí que era demasiado peligroso.

Cuando llegué a la fortaleza y me fui a la habitación que me habían dado, no pude evitar recordar lo sucedido y mi pene comenzó a llenarse de sangre. Estaba tan duro que dolía. Fui al baño para darme una ducha helada, pero me miré, mi maldito pene estaba como un puto fierro de duro.

Lo envolví en mi mano y comencé a moverla. Cerré los ojos y a mi mente vinieron las imágenes de cómo le escupí en la boca y ella tragaba como si le estuviera dando un maldito elixir. Cómo se mordía el labio cada vez que la golpeaba en la cama. Lo duro que la follé y c'pmo lo recibió tan bien.

—¡Maldita, Allana! —gruño cuando me corro.

+++

—¿Saben lo que creo? —dice Mason, aunque no parece que sea realmente una pregunta. Estamos todos sentados en el patio mientras vemos como Venus está sentada al lado de la piscina mojándose los pies junto a Xander que toca el agua y grita como loco—. ¡Amor, no te inclines tanto hacia el agua! —le dice Mason sin quitarle los ojos de encima.

Ron y Adren ríen entre dientes por la actitud de Mason. Venus lo mira por encima de su hombro y rueda los ojos.

—¿Acaso me crees tan estúpida para caerme? —le pregunta ella.

—Piensa bien lo que vas a decir —le susurra Todd.

—Nunca, amor —le responde él dandole una sonrisa inocente—. Si eres la preciosura más inteligente en esta casa.

Venus sonríe complacida y le tira un beso. Mason suspira enamorado, a él no le da vergüenza que sepamos que está tan loco por Venus.

—Bueno, siguiendo con mi pregunta.

—Es imposible saber lo que estás pensando —le digo yo.

Mason levanta las cejas.

—Es que me gusta ser impredecible.

Adren se burla.

—Ella, la impredecible.

Me rio entre dientes porque definitivamente salió gracioso. Mason mueve la mano quitándole importancia.

—Vi las grabaciones del local en el que comieron Allana y Dexter —dice él y lo miro. Tiene toda mi maldita atención y cuando Mason me mira de nuevo, lo que veo en su rostro me lo dice todo—. No miró a ninguna niña de forma lasciva.

Perversas Obsesiones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora