Capítulo 42: Allana

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Pueden escuchar la canción "Dosis" de paloma mami en la última parte

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Pueden escuchar la canción "Dosis" de paloma mami en la última parte. O bueno, la canción que quieran jaja

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Dos guardias vienen detrás de mí. Salieron apenas puse un pie en las escaleras. Ryu me explicó que ellos eran los guardias que seguían a su padre a todos lados, y que ahora, me seguirían a mí. Sin embargo, los miro con un poco de sospecha, porque no puedo asegurar que no me van a cortar el cuello en cuanto tengan la oportunidad. Me detengo cuando llegamos al templo en que el habíamos estado hace pocos minutos.

Me sorprendí de verlo completamente limpio. Bueno, es verdad que los asiáticos trabajan de forma efectiva. Desearía haberle sacado una foto, para enmarcarla en la que será mi oficina con el título: El día que Allana se convirtió en la primera mujer en liderar a la Yakuza. Aunque, quizás ese título es demasiado largo. También podría ser: Allana siendo todapoderosa.

Me giro hacia los guardias.

—¿Cuáles son sus nombres? —les pregunto. Ellos inclinan la cabeza.

—Mi nombre es Kenji, jefa —dice el más joven.

—¿Qué edad tienes? —inquiero.

—Treinta años, jefa.

Asiento con la cabeza, pero se ve más joven de lo que es. Me giro a mirar al que parece mayor. Tiene el pelo completamente rapado, con rasgos faciales que lo hacen ver aterrador.

—¿El tuyo?

—Haruki, jefa —responde.

Qué irónico que su nombre signifique luz, cuando es todos menos eso. En fin, ¿quién soy yo para juzgar a su madre? Seguramente pensó que su hijo sería el mejor de todos, qué sería médico y no que terminaría en la mafia. Pero de alegre, no tiene ni un pelo, literalmente.

—¿Cómo sé que puedo confiar en ustedes? —me paro firme y los miro a los ojos esperando su respuesta. Ambos bajan la cabeza al mismo tiempo y luego vuelven a mirarme.

—El único honor que poseemos es el de la lealtad inquebrantable a nuestra organización y a nuestro jefe, o jefa en su caso —responde Haruki.

—¿Y están de acuerdo en que sea una mujer mitad japonesa y mitad americana?

—La sangre de la Yakuza corre por sus venas. Ha superado la prueba para ser líder y eso es todo lo que importa —dice Kenji—. Ahora nuestra vida es suya.

Enarco una ceja y los analizo a ambos. Parece que dijeran la verdad, pero nunca se sabe.

—Los conozco. Son leales hasta la muerte —dice Ryu, luego se acerca a mi oído—. Son amigos míos, por eso dejé que te custodiaran a ti.

—¿Ah, sí? —pregunto.

Ambos asienten.

—¿Por qué no estaban con mi padre cuando lo mataron? —indago.

Perversas Obsesiones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora