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- Uno menos. ¿Quién será el siguiente?

- Probablemente yo. ¿Quiénes fuimos los que dijimos que no queríamos jugar, Tynan? Axtah y yo. ¿Qué esperabas? - El hada solo sonrió.

- ¿Podrías hacer el favor de continuar, entonces, milady?

- Por supuesto -. Aliah solo la observó mientras Asteria pensaba, dándole vueltas inconscientemente a su rosa de hielo -. ¿Verdad o reto, milord?

- Reto.

- Te reto a beberte dos botellas enteras en menos de treinta segundos.

Tynan se levantó de inmediato, las descorchó y se puso a beber. Con solo cinco tragos se terminó una y la otra en seis.

- ¿Suficiente para ti?

- Tendrá que valer. Has tardado treinta y cinco segundos. Una pena.

El hada se rió.

- Te reto a beberte dos botellas en medio minuto. Veamos quién es el mejor - cogió dos botellas y las descorchó antes de pasárselas a la humana con una sonrisa coqueta.

Ella le devolvió la sonrisa y las agarró. Cinco y cuatro tragos. Aliah miró el reloj de sombras que Tynan había conjurado, veintidós segundos. Asteria también lo vio y se rió.

- Parece que ya sabemos quién es un perdedor - su voz ya sonaba más espesa, borracha, pero era el único signo visible de la cantidad de alcohol que había ingerido durante toda la noche.

- Veamos si tú eres de verdad una perdedora, no vaya a ser que no te atrevas con mi reto.

- Dispara.

- Fóllate al ángel, al hijo de Lucifer - Aliah enseguida se puso tenso. No es que se fuera a quejar pero la humana y él ya lo habían hablado y no quería que ella volviese a sentirse como una prostituta -. No tiene porque ser ahora, pero sí esta noche. ¿Te parece bien?

- ¿Y entonces dónde duermo yo? - Protestó la arcángel.

- En la habitación. En cuanto eche a Aliah para que los dos podamos dormir.

- Ya, claro.

- ¿Verdad o reto, Garm? - Asteria le sonrió con un brillo malévolo en los ojos. Aliah le puso una mano en la parte baja de la espalda, intentando calmarla y que viera que ya estaba demasiado borracha para esto.

- Verdad.

- ¿Sabías que te volverían a crecer alas cuando te las cortaste?

- Sabía que había un treinta y cuatro por ciento de probabilidades de que así fuera. Pero no lo sabía.

- Qué idiotez - la humana se rio.

Cuando volvió a sentarse correctamente en su silla, apoyó su cabeza en el hombro de Aliah, que la acunó con una mano, cariñosamente. La humana no tardó en quedarse dormida.

- Voy a... voy a llevarla a la cama. Ahora vuelvo.

Con esas palabras el ángel se levantó, agarrando con cuidado a Asteria entre sus brazos con tal de no despertarla y la llevó a su cama. La depositó con dulzura y la tapó antes de cogerle la rosa de hielo de entre sus manos y colocarla en un vaso que encontró en la habitación y ponerla al lado del lecho. Le dio un beso casto en la frente y volvió a salir.

- No es que no quiera cortaros la diversión pero...

- Pero lo vas a hacer, ¿no es verdad hijo de Lucifer? - Definitivamente, el hada estaba borracho.

- No voy a poner en peligro a Asteria, creo que sería conveniente que ideáramos un plan nosotros que no la involucrara ni a ella ni a Axtah, no creo que él esté preparado para ir contra Miguel.

- ¿Y cuando ellos quieran hacer su propio plan?

- Haremos otro. Otro que supuestamente será para el día de la Asamblea. Pero nosotros llevaremos a cabo el nuestro antes. No sé, dos o tres días antes -. Miró a Tynan -. Tú tendrás que darnos una coartada para ese día, decir que nos quieres enseñar algo o lo que sea. Pero tienes que inventarte algo para que podamos salir sin que sospechen y puedan estar a salvo en todo momento.

- ¿Y si no volvéis? - Aunque se le seguí notando la borrachera, el hada había recuperado la sangre fría con rapidez.

- Los proteges. Me da igual lo que tengas que hacer o sacrificar, pero los proteges aunque te cueste la vida. ¿Me entiendes? Porque si no lo haces encontraré la manera de volver como un fantasma, un espectro o cualquier cosa y joderte la vida de tal manera que acabes suicidándote.

- Puedo asegurarte que tu querida diosa mortal a la que tanto te gusta servir no podrá parar a mi hermano. Es demasiado poderoso y demasiado testarudo como para que alguien pueda pararle.

- Está bien - levantó las manos - daré la orden de protegerlos a cualquier coste, incluso si yo muriera.

- No está en nuestros planes que eso suceda, Tynan pero gracias por el ofrecimiento.

- Me alegro de que queráis que forme parte de vuestros planes. Puedo que tu hermano esté más o menos cuerdo pero tú desde luego que no lo estás, Rabia de Hielo.

- ¿Si no, dónde estaría la gracia en esta vida?

- Vamos a centrarnos, ¿queréis? - Se giró a su hermana -. ¿Sabes algo de lo que los tres arcángeles están planeando hacer los días anteriores a la Asamblea?

- Probablemente tendrán sus reuniones, pero no sé cuando planean reunirse ni ningún otro dato. Pero si causamos suficiente revuelo en el atrio seguramente acabarán por aparecer.

- Bien. Dijiste que Lucifer estaba en Ciudad de Sangre, ¿no? - Gab asintió -. Que se presentase en el atrio sin duda formaría un gran revuelo, ¿no crees?

- ¿Piensas que lo haría?

- Pienso que haciéndolo consigue dos cosas a la vez: matar a Remiel y que su hijo no le odie. Si Tynan consigue mandarle un mensaje, apuesto a que no le importará lo más mínimo ayudarnos.

- Su presencia, sin duda, atraería a los tres de inmediato. ¿Y luego qué?

- Y luego nos dividimos a quién atacamos y lo hacemos juntos. Él a Remiel, tú a Miguel y yo a Raziel. Con mi oscuridad puedo conseguir colarnos sin que nadie se de cuenta. No nos verían hasta que ya les hubiésemos dado. Es verdad que no va a ser fácil matarlos a los tres pero los tres controlamos dos elementos cada uno y tú, además, eres la Garm. No es tan descabellado.

- Está bien. ¿Podrías hacerle llegar ese mensaje a nuestro padre, Tynan?

- Si me dices dónde está.

- En la Pirámide Negra que hay en el suroeste de la ciudad, cerca de una de las Puertas.

- Mañana mismo se habrá enterado.

- Bien - la arcángel sonrió, una sonrisa tensa y artificial -. En ese caso, me voy a dormir. Pero no te preocupes, Aliah, te dejo mi cama esta noche. Todavía hay un reto.

- Está dormida y borracha, Gab.

- ¿Y? Cuando se despierte no lo estará - se fue a la habitación de los chicos contoneándose y, antes de cerrar la puerta, le guiñó un ojo.

Tynan se rio. Agarró las botellas que quedaban y se dirigió al sofá.

- Yo me quedaré a emborracharme aquí, disfruta de tu humana, ángel. Me daba mucho dinero, así que tiene que ser excepcional - volvió a reírse antes de desplomarse.

Aliah respiró hondo y entró en la habitación, completamente seguro de que le daba igual el reto y de que no iba a permitir que Asteria se prostituyese por un estúpido reto de mierda.

Ciudad de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora