Tragó saliva al sentir finalmente todas las miradas sobre ella y, especialmente, sobre el colgante que se balanceaba de su mano. Sabía que eso era lo que buscaba, pero a ella realmente no le gustaba la atención. Especialmente esa atención.
- ¿Qué estás haciendo? – Laurevsky le susurró desde su posición, ahora de pie, en las escaleras.
Se giró para responderle, pero algo en su otra amiga captó su atención. Rubyx miraba el Medallón con sus grandes ojos azules abiertos de par en par, haciendo que su rostro hiciera aún más aparente que de costumbre su nostalgia y su deseo de haber permanecido en los tiempos en los que nació en vez de tener que lidiar con todo lo que siguió.
- Ast... – La voz de su amiga no se habría escuchado si no se hubiese callado toda la sala después de su épica entrada –. No lo hagas. Por favor –. Le suplicó. Suplicó. Rubyx le suplicó.
¿Acaso sabría ella tanto o más de ese colgante, esa reliquia familiar?
- No tengo otra opción, Rubhaid.
- No sé qué estás haciendo, pero no quiero que lo hagas – afirmó Revsky sin dudar.
Rubyx salió de detrás del escalón donde se habían protegido y le ofreció un pequeño puñal. No era nada muy grande ni ostentoso y, si no fuese por lo afilado que estaba, Asteria no creía que fuese capaz de hacer ningún tipo de daño. Este gesto le dejó claro que su amiga lo sabía. Lo sabía y le iba a dejar que lo hiciera. Lo sabía y, aunque no quería que sucediera, no le obligaría a nada. Y le dejaría tomar sus propias decisiones pese a que estas acabasen con su vida. Los ojos se le llenaron de lágrimas y la humana parpadeó varias veces para retenerlas antes de cogerlo con la mano libre.
- Cuida de Revsky – le obligó a prometer antes de girarse al resto de la expectante y silenciosa sala –. Esto es lo que queréis, ¿no? ¿Podéis sentir su poder desde donde estáis?¿Tenéis alguna duda de lo que he estado guardando celosamente durante once años de mi corta vida?
- Si tan bien lo estabas guardando, ¿para qué lo ofreces? ¿Por qué? – Demandó saber Raziel.
- Porque yo tengo lo que queréis. Y vosotros tenéis lo que quiero.
- ¿Y qué es lo que quieres, humana? – Volvió a preguntarle el mismo arcángel.
- Sus vidas. Los quiero a ellos. Con vida.
El arcángel que había dejado inconsciente a la Garm y que asustaba tanto a Axtah se rio ante sus palabras. El pobre imbécil no sabía que ella no les iba a dejar tener lo que querían.
- Como quieras, humana – accedió Miguel en nombre de los otros.
Axtah cayó al suelo casi inmediatamente, libre del poder del arcángel. Remiel se levantó de encima del demonio, aunque lo dejó incapaz de moverse, levantarse o hablar con grilletes y una mordaza hechas de hielo. Raziel se copió de este último y encadenó y silenció a Aliah, pero le quitó la daga del cuello. Axtah no tardó mucho en ser apresado de la misma manera, por cuál de sus enemigos Asteria no lo sabía.
- ¿Y la Garm? – Les preguntó con tono acusatorio al ver que no la tocaban.
- La Garm es un monstruo que no merece ser salvado. Ella tampoco te salvaría – Remiel le contestó condescendientemente.
- ¿Te parece que me importa? Porque yo no lo creo. Ella es parte del trato. O lo tomáis o lo dejáis. Y no os recomiendo dejarlo, porque vosotros salís bastante mejor parados con esta mierda que estamos intentando hacer.
- De acuerdo – Miguel aceptó, cerrándole la boca a sus compañeros con un gesto de su mano.
Gab apareció encadenada de la misma forma, pero no amordazada. Asteria no hizo ningún comentario y ni una sola de las preguntas que en ella bullían cuando el que había resultado ser el padre de Axtah se arrodilló al lado de la inconsciente Garm, le abrió la boca y le puso una hoja que se había sacado de lo que la humana supuso que era un bolsillo de su chaqueta bajo la lengua. Miguel se levantó y la observó con frialdad. Asteria soportó el escrutinio sin bajar la mirada y, haciendo de trizas corazón, hizo brillar en sus ojos toda la rabia, la rebeldía, el odio y el desafío acumulados desde los ocho años.

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Ciudad de Sangre
Fantasy"Él no es tu enemigo. Tú lo eres." Asteria es una humana, vendida por su familia a un burdel de niña, que intenta encontrar un camino hacia su libertad en un mundo lleno de criaturas infinitamente más poderosas que ella. Lo que empieza como una odi...