- Señor - inclinó la cabeza ante Raziel, apenas un segundo después de entrar.
- ¿Tienes algo sobre la arcángel Gabriel, Comandante? - Los fríos ojos verdes del propietario de aquél despacho en la cúspide del rascacielos de cristal se clavaron en los de Axtah, provocándole más escalofríos que los que ya tenía que aguantar por el puto dolor que le estaba provocando la arcángel.
- Nada especial - se obligó a mentir, intentando controlar su respiración y el latido de su corazón con tal de que él no se diese cuenta de su mentira.
- Entonces, ¿por qué has venido? ¿Sabes ya qué ha pasado con Rodelina McTwyll? ¿O quién ha asesinado a esos ángeles? ¿O dónde está el hijo de Lucifer?
- Por lo que sé, Aliah ya no está dentro del territorio de Ciudad de Sangre, sin embargo todavía no sabemos el lugar exacto en el que se encuentra - volvió a mentirle a Raziel, Rubyx le había dicho la noche anterior dónde estaba el ángel -. Pero no es eso a lo que he venido, señor.
Respiró hondo, aliviado al saber que el dolor que estaba sintiendo se iba a esfumar en el momento en el que se lo preguntara de una vez por todas.
- ¿Y por qué has venido, entonces?
- Algunos de mis soldados andan inquietos, señor - volvió a mentir, ya que sabía que no podía decirle que la arcángel sabía de aquello -. Existen rumores de que van a venir más arcángeles a Ciudad de Sangre antes de la Asamblea. Necesito saber si es verdad o no para que mis ángeles puedan estar preparados.
Raziel miró al suelo y, en ese momento, Axtah supo que lo que Gabriel había dicho era verdad. Iban a venir más arcángeles a Ciudad de Sangre. Su señor solo estaba decidiendo si contárselo o no, pero eso no importaría porque él ya sabía la respuesta a la pregunta de la arcángelita. El dolor que ella le había hecho sentir hasta entonces ya se estaba esfumando, haciendo que pudiera relajar los músculos y respirar hondo, aliviado al fin.
- Es verdad. Esos rumores dicen la verdad - Raziel finalmente habló -. No se lo digas a Gabriel. Haz que no lo sepa. Haz que la mayoría de tus soldados tampoco sean conscientes de ello. Mi intención es que su estancia sea lo más efímera posible y ellos tampoco quieren una gran entrada. Me gustaría que sólo avisases a Asaliah, dile que en tres días dos arcángeles llegarán y que él tendrá que recogerlos en el Paso del Suroeste y traerlos hasta mi residencia personal.
- ¿No sería esa la obligación de un comandante, señor?
- ¿Acaso estás cuestionando mis decisiones?
Axtah apretó la mandíbula y se contuvo de responderle que sí que lo estaba haciendo porque esa decisión que había tomado era ridícula y le ponía en mal lugar a él.
- No, señor - se obligó a sí mismo a contestar.
Abandonó el despacho del arcángel tranquilamente, ya no había más prisas ni más preocupaciones en ese día. Miró la hora en su reloj, aún quedaba media hora hasta las ocho, cuando había quedado con Handah para recoger a Niueh y lo único que tenía que hacer era ir a decirle a la arcángelita lo que había descubierto de Raziel. Y con suerte, a lo mejor, podría preguntarle dónde encontrar a Medialuna a ver si era verdad lo que había dicho Rubyx de que ella preparaba muy buenos somníferos. Esperaba que fuese verdad.
Bajó por la escalera de cristal del edificio hasta la planta doscientos ochenta y ocho, donde se estaba alojando Gabriel. Tras recorrer gran cantidad de pasillos llegó al fin a la puerta de la arcángel, apenas un poco más alejada de las reparaciones en el cristal que ella provocó para fingir que había salido volando en vez de quedarse en el edificio esa vez que ya parecía muy lejana del Incidente del Demonio.
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Ciudad de Sangre
Fantasy"Él no es tu enemigo. Tú lo eres." La Tierra ha sido poblada por otras criaturas aparte de los humanos, siendo estos considerados inferiores a los demás. Todo eso gracias a un medallón en forma de luna que desapareció, de manera que esas criaturas n...