TN despertó y dirigió su mirada al otro lado de la cama, allí estaba su sueño hecho realidad, boca abajo con su brazo tatuado encima de la almohada, con los ojos cerrados y su cabeza de lado. Así dormía Jungkook.
Ella se quedó observándolo en silencio sin hacer ningún movimiento. No quería despertarlo.
Habían estado juntos y lo tenía respirando a su lado.
Las dudas revolotearon de nuevo, y
tenía que volver a la realidad. Una realidad llena de contradicciones, ¿Cómo iba a ser feliz con un Idol? ¿Iban a estar siempre escondidos como ahora para que nadie los viera?Cerró un momento los ojos para calmarse.
—Buenos días...
Sintió la voz masculina de Jungkook, esa de estar recién levantado.
—¿Has descansado?
Era un sonido íntimo y erótico que podría ser el delirio para cualquier mujer.
Se subió las sábanas para taparse y para parar el revoltijo que se le formó en el pecho.
—Buenos días, sí dormí muy bien. Es una cama muy cómoda.
—Ah, ¿fue por la cama? —dijo él aparentemente dolido—. ¿Haber dormido a mi lado no tiene nada que ver?
—¿No me digas que eres un egocéntrico? —le contestó ella cuando él la atrapó con los brazos.
Qué buena foto sería jungkook en este momento, pensó ella al tenerlo tan cerca. Despeinado, recién levantado, sin maquillaje y con esa sonrisa tan peculiar que tenía cuando quería, un espectáculo poco visto por nadie y ella tenía la suerte de estar allí para admirarlo.
—Te ves muy guapo por la mañana nada más abrir los ojos, ¿lo sabías? —se atrevió a ser sincera.
—Y tú te ves espectacular —le besó los labios—. ¿Qué pasaría si hago un día un live desde mi cama?
TN abrió la boca.
—¿Quieres crear una marea de paros cardíacos?
Él se reía.
Se volvieron a besar, los dos se aferraron a lo que sentían y siguieron por un rato sin ganas de soltarse.
—¿Sabes lo que me gustaría decirle a todo el mundo que estás en mi vida?, quisiera que todos supieran como me siento en este momento —le decía él desde cerca, mirándola y acariciándole el cabello.
—¡Ni loco puedes hacer eso! Sería una catástrofe de grandes dimensiones Jungkook —se asustó TN.
—Es mi vida y nadie tiene derecho a juzgarme por querer tener a alguien a mi lado, todo el mundo tiene un amor en su vida y yo no me meto, ¿me ha visto a mí alguien diciéndole a una Army que no se enamore?...pues como un simple mortal que soy, que me dejen hacer lo mismo. ¿No crees?
A TN le hizo gracia el argumento.
—No es que no puedas amar, lo que ocurre es que yo no quiero ser la responsable de que una de las mayores bandas de los últimos tiempos se vaya al garete por mi culpa.
—No digas tonterías, no llegaría a tanto la cosa —Jungkook la volvió a besar en la nariz—. Todos te querrían igual que yo.
—Que ingenuo eres, yo ardería en el infierno. En el momento que supieran mi nombre caerían sobre mí las siete plagas del antiguo Egipto —él al escucharla se echó a reír a carcajadas.
Se subió en ella de golpe y atrapó sus manos hacia arriba para que no pudiera moverse.
—Pues te he dedicado una canción, y es para tí primero y para ellos después —le hablaba en un susurro tan íntimo que a ella se le erizó la piel.
—¿Una canción?
—Sí, se llama MY YOU, va para todos los ARMYS, pero tendrán que soportar que la hice pensando en tí, aunque no lo sepan todavía —puso sus labios en los de ella y la besó con ganas y con posesión, después de unos minutos tormentosos se separó jadeante y suspiró—. No me importa lo más mínimo lo que piensen los demás, yo ya he decidido que tú formarás parte de mi vida y es lo único que me interesa en éste momento.
Con esos ojos negros que brillaban más que la noche, con esa actitud de perversión y amor a partes iguales, la miraba fijamente...iba a hacerla explotar por los aires. Y sin pensarlo ninguno de los dos se volvieron a amar con las ganas de su edad.
Lujuria, gemidos y palabras de amor se escucharon entre las cuatro paredes de aquella pequeña casa escondida de la civilización.
Ya recompuestos y felices salió Jungkook de la cama para ponerse sus boxer, otro deseo para ella, verlo con solo esa prenda andar por la habitación era algo que le gustaba enormemente.
Se levantó también ella.
—¡Espera! ¿Donde vas?...vuelve a la cama —le dijo mientras él cogía una guitarra que tenía su hermano por allí.
—¿Qué se te ha ocurrido hacer ahora? —no lo entendía pero le hizo caso y permaneció sentada en el colchón.
—Te dije antes que hice una nueva canción ¿No te acuerdas?
—Oh, sí...cómo voy a olvidar eso, estoy deseando escucharte cantar —cogió la camiseta holgada que él dejó en el suelo y se la puso para no estar desnuda y porque siempre soñó hacer eso, ponerse las camisetas de Jungkook, esas con las que salía en los vídeos, un deseo para cualquiera.
Pero la que se la estaba pasando por el cuello y por los brazos, era ella.
—Que jodida suerte vas a tener, vas a escuchar a un Idol coreano —estaba sentado en una silla frente suya y poniendo a punto la guitarra—. Solo para usted señorita —le dijo riendo.
Y sin más dilación empezó Jungkook a cantarle a TN, ¿A quién no le gustaría estar en su lugar?
Sonriendo como tonta tenía ganas de llorar, sabía que por mucho que él le dijera que era algo normal la relación que habían conseguido tener, no lo era, el mundo no lo entendería, así que sus pensamientos no eran otros que dejarlo en algún momento.
No sabía cuándo iba a ser, pero llegaría el tiempo de dejarlo ir, "No hay mayor amor incondicional que el dejar ir a alguien para no interferir en su felicidad".
Solo deseaba que fuera feliz con la vida que había decidido tener, ser un integrante de BTS...
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ME ENAMORÉ DE UNA ARMY
FanfictionEl viaje a las Vegas del grupo BTS quedará para siempre marcado a fuego para sus integrantes. Aunque será Jungkook, el más pequeño de todos, quien va a experimentar la mejor experiencia que jamás creyó tener.