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TN movía su cuerpo sensualmente, su trasero era algo que podía volver loco a cualquiera, su nacionalidad era la que era y sus curvas estaban dentro de los estándares de su país de origen, le gustase o no a Ji-Eun.

Aquella chica coreana había estado con Jungkook un cierto tiempo donde el más pequeño del grupo experimentó el sexo junto a ella.

Era guionista de programas televisivos. Primero solo consideró a Jungkook como una aventura donde disfrutar con un chico de veinte años, pero luego se ilusionó con su fama y se dió cuenta como había cambiado. Y es que lo hizo tanto con su actitud como con su cuerpo, que se había vuelto mucho más caliente y escultural, había desarrollado mucho con los años y ella lo quería en su cama a como diera lugar.

TN era cálida, sincera, comedida y no lo buscaba por ser famoso y rico. Y eso él lo sabía. Nunca estaría a su lado por interés.

Ji-Eun se había dado cuenta que Jungkook estaba enamorado de ella. Su expresión sufrida cuando la miraba no dejaba dudas.

Cruzó sus brazos y esperó a ver si lo que le dijo  surtía efecto, no los perdería de vista por si tenía que ir a dejarle claro, a la que quería quitárselo, quién era ella.

Mientras tanto los chicos y TN reían y bailaban sin percatarse de nada.

Jungkook apareció cuando ella hablaba con Jin de algo que la hacía reir.

Podía decir en alto que le gustaba su risa y no mentiría. Atrapó una copa de vino de la bandeja de un mesero que pasó por su lado y le dió un trago largo para relajar un poco la pelea que se estaba librando en su interior.

Después se puso a bailar junto a Tae como si nada. Siguió el ritmo de la música y se dejó llevar.

—Por fin que llegas, no sé porqué haces caso cuando se te acerca esa, Ji-Eun es una persona mala y una manipuladora.. lo sabes Kookie —le decía su amigo.

—Solo tenía que dejar algunas cosas claras con ella, eso es todo. No hay nada Tae —respondió él serio.

—No se te ocurra hacerle daño a TN por su culpa, ninguno de nosotros te lo íbamos a perdonar, lo sabes —le dijo más serio que nunca Taehyung.

—No pretendo hacerle daño Tae, pero no puede excibirse de ese modo. Tú mejor que nadie lo sabes. Esto no es Los Ángeles.

—No estamos en un lugar público. Déjala.

Jungkook asintió con su cabeza para dejar el asunto, no quería discutir. Se puso a bailar con él por un momento más, necesitaba calmarse un poco. Aunque le costaba porque sabía que necesitaba hacerle entender que aunque no le gustara, su país era raro en ciertos aspectos. Y si quería que la aceptaran debía cuidarse.

Pero no le iba a dar el gusto a Ji-Eun de decírselo de malas maneras. Como ella pretendía que hiciera.

Después de un rato se acercó a TN, había intentado calmarse para no llegar y originar una pelea, era un lugar donde sería un escándalo si se pelearan y tampoco quería hacerle una escena a la mujer de la que estaba enamorado.

Deslizó sus manos por su cintura y se pegó a ella por detrás.

—¿Te diviertes? —le susurró al oído.

Ella dió un respingo, no lo esperaba.

—Me has asustado —le dijo un poco tensa, saber que había estado con aquella hablando aún rondaba por su cabeza.

ME ENAMORÉ DE UNA ARMY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora