El viaje a las Vegas del grupo BTS quedará para siempre marcado a fuego para sus integrantes. Aunque será Jungkook, el más pequeño de todos, quien va a experimentar la mejor experiencia que jamás creyó tener.
Huir...una palabra para cobardes, eso es lo que pensarán de mí, o tal vez que soy una mujer sin sentimientos que hará sufrir a un ser especial como es Jeon Jungkook.
Sé que con mi decisión todos se echarán sobre mí, que seré la insensible TN, una mujer sin escrúpulos que arrebató a un padre la posiblidad de estar con su hijo.
Pero eso no será así, le comunicaré todo, sabrá el día de su nacimiento, podrá verlo, besarlo, dormirlo cuando quiera estar con él y su apretada agenda se lo permita.
Pero...pero...
Lo que no haré es exponer a mi hijo a los caprichos de esas que lo quieren mantener siempre en un lugar de castidad total como si aún fuera un niño. Creyendo que la que está a su lado es un ser despreciable, y que un hijo es algo que lo atará de por vida a la que lo enredó por ser famoso e idolatrado.
Estoy enamorada, estoy deseando verlo, abrazarlo, besarlo, estar a su lado, pertenecer a su vida. Pero no me dejarían.
Te amo Jeon Jungkook, pero no estoy preparada para vivir una vida junto a un Idol.
Cuánto me gustaría que fueras un chico normal de veinticinco años que estuviera junto a mí y junto a nuestro hijo...porque no te lo he dicho pero es un niño...
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—¿Puedes parar? —le decía Jimin a Jungkook al ver lo nervioso que estaba.
Se encontraban en uno de los pasillos del hospital frente a la habitación dónde dejó a TN hasta hace unas horas. Fue a cambiarse de ropa y asearse y cuando volvió, un enfermero le dijo que ninguna mujer con ese nombre se encontraba donde él decía, la estancia estaba completamente vacía.
—¿Pero cómo voy a parar? ¡Que dice que no está Jimin, ni en ningún lugar de éste maldito hospital, cuando yo la dejé aquí! estaba ahí tendida en esa cama joder. ¿Como puede decir que nunca hubo nadie con ese nombre?, ¡No me trates como si estuviese loco! ¡Maldita sea! —se quejó Jungkook desesperado.
—Hablaremos con su amigo doctor, tal vez la trasladaron a otro lugar, pero no puedes comportarte como un desquiciado, así no arreglaras nada. Como te vean así van descubrir su existencia, ¿no lo entiendes? —Jimin era como su hermano y le dolía verlo así de frustrado por no poder encontrarla.
—Me da igual ya todo —dijo tocando con fuerza su pelo cuando se había quitado su gorro de pescador, estaba también cansado de llevarlo puesto siempre que salía para que no lo reconocieran.
Últimamente todo se le estaba haciendo cuesta arriba, eran muchas las cosas que había dejado atrás durante éstos años, pero ésta era la que más le dolía. Su semilla y su sangre crecían dentro de otra persona, esa que amaba más que a su vida. Pero el rencor por verse abandonado podía con sus nervios.
—¿Pero porqué tengo que entender que se haya ido lejos? ¡Es también mi hijo! Es de los dos y ella decidió privarme de lo que eso significa. ¿Tengo que vivir con la incertidumbre de no saber cómo es su carita? ¿Ni cuando dará sus primeros pasos? Qué no podré darle un beso de buenas noches ¡Joder Jimin! —sus lágrimas salieron a relucir— ¡No ha hecho las cosas bien! La encontraré y tendrá que darme una explicación. Me la debe...
Él doctor apareció y lo miró serio.
—Tengo algo para tí —dijo y le extendió un papel blanco— me lo dio TN, quería que te lo entregara.
Jungkook miró el papel y calmó su ira. Lo cogió y miró a los dos que lo contemplaban.
Sin decir nada se alejó de ellos. Llegó a un lugar apartado y se puso en cuclillas escondido de todos. Los nervios se apoderaron de su cuerpo.
"Lo siento Jungkook".
Eso es lo primero que leyó y cerró los ojos, suspiró herido y después de un momento los volvió a abrir. Siguió leyendo.
"Pensarás lo peor de mí, sé que te estoy hiriendo en lo más profundo, pero tengo mis motivos. Ser madre también me da derecho a velar por nuestro futuro bebé.
No me odies, te dejaré verlo y tenerlo a tu lado cada vez que lo desees, por eso no sufras, al fin y al cabo eres su padre. Pero yo no estaré a tu lado, porque creo que no podría soportar las miradas de envidia y rencor que recibiría y el odio que todo esto desembocaría para los dos.
También tengo que pedirte que protejas a nuestro bebé cuando esté a tu lado, que de eso no tengo ninguna duda que lo harás.
Gracias por darme lo más bonito que tendremos en nuestras vidas.
Eres y serás siempre un ser especial Jungkook, te deseo que seas feliz mañana y que disfrutes de tu cumpleaños.
Sé que las calles estarán repletas de tus fotos junto a las mejores felicitaciones de los ARMYS, y eso me llena de orgullo porque entre ellos estoy yo. Tus veinticinco ya llegaron, lo hiciste muy bien siendo lo que siempre quisiste ser, un gran Idol que todos aman y quieren, y aunque no lo creas yo también lo hago, lo digo de verdad. Porque aunque no podamos estar juntos, para mí eres el mejor cantante que pudo tener éste mundo jamás y la persona que siempre llevaré en mi corazón.
Te tendré informado, sabrás todo, cuídate, come con regularidad y que tu carrera siga con ese ímpetu que demuestras últimamente.
Hasta pronto Jungkook".
Se quedó un instante allí absorto en aquellas frases que le rompieron el alma. ¿Tenía que odiarla? ¿Tenía que comprenderla? ¿Qué debía hacer?
Se sentó en el suelo y puso su espalda contra la pared, quería llorar, gritar, estaba desesperado.
Pero no hizo nada, solo se quedó fijo en un punto, tendría que empezar a vivir de otro modo. Tener un hijo y ver a la mujer que no había querido luchar por lo que tenían, iba a ser difícil. No podría mostrar ningún sentimiento cuando estuviera ante ella...
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Aquí nos viene otra parte del fanfic.
Leer todo esto es un lujo para mí, aún sabiendo lo que ocurrirá estoy nerviosa como la primera vez que lo escribí.
Voy a hacer dos o tres libros. No sé si así me arriesgaré menos a perderlos.
Así que sin más sigamos con la agonía de JK y TN...
