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Iba cogida TN a Jungkook con los brazos rodeando su cuello. Tenía los ojos cerrados, él la portaba pegada a su pecho mientras andaba descalzo y despacio hacia el baño.

—¿Por qué estás así cariño? —le dijo bajito y tierno, la miraba preocupado.

—Ha sido todo tan injusto, no me sirvió de nada lo que estudié por tantos años, tanto esfuerzo y al final no pude hacer nada —se apretó más a él temblorosa, se sentía derrotada.

Jungkook suspiró pesadamente, le dolía verla así, algo grave le había pasado y él no pudo estar a su lado. Eso lo estrujó por dentro. La felicidad plena no existía.

—¿Alguien te hizo daño? —ese pensamiento lo invadió de pronto— no quiero pensar que te hicieron algo —se desesperó por un momento, estaban ante la gran bañera de color gris claro. Se sentó en un pequeño espacio de mármol gris oscuro que servía como apoyo para poner velas o una copa de vino cuando querían relajarse, la puso en su regazo, ella quedó con las piernas colgando y con su rostro pegado a su pecho, le escuchaba el corazón, le latía con fuerza. Sonrió y se acomodó mucho más a su cuerpo.

—Dime, por favor, ¿Alguien te tocó? —tenía que saber, mataría a la persona que le hubiera hecho daño de algún modo.

—No, nadie hizo eso, es algo....peor —lo dijo entrecortada.

—¿Peor? Por dios cariño, ¿Pero de qué se trata?

Le dió al grifo y el agua caliente empezó a caer, la reguló para que no quemara demasiado.

—Jungkook.

—Dime nena, me tienes en un sin vivir en éste momento —se quejó él, pero lo dijo todo lo tierno que pudo, le acarició el pelo.

—Un niño Jungkook, tenía doce años, murió en mis manos —dió un sollozo entrecortado y sonoro— no pude salvarlo.

—¡Oh! Cariño lo siento, ya te entiendo, ha debido de ser horrible —la acunó mientras la escuchaba llorar,  estaba destrozada y él no estuvo a su lado, se maldijo internamente— siento no haber podido estar contigo, ha sido el peor día, no podía dejar pasar lo de los premios.

Ella suspiró pero no dijo nada.

Empezó a quitarle la ropa, lo hacía despacio mientras ella miraba al suelo.

—Qué difícil está resultando todo, ya no sé ni cómo comportarme —dijo él y la desnudó por completo despacio, la volvió a coger para meterla en el agua— verte así no me gusta.

—Yo a veces pienso en rendirme ¿Sabes? —dijo ella resbalando su cuerpo al interior del agua caliente, quedó solo con la cabeza fuera— no estamos destinados Jungkook, no lo estamos.

—No digas eso, hoy estás dolida, mañana lo verás todo de otra forma, nosotros debemos luchar por ésto, no podemos rendirnos, cuando descanses pensarás de otro modo —cogió una esponja y le echó gel perfumado, la empezó a enjabonar despacio, ella se sentó para que tuviera acceso a su cuerpo.

—¿Sabes que quise ir corriendo en tu busca?

Él maldijo de nuevo en silencio, le dolía lo que le quería decir. No podía hacerlo aún estando destrozada, no pudo buscar su cariño cuando más lo necesitaba, era inalcanzable en esos momentos, nadie podía llegar hasta ellos, por eso ese amigo y compañero suyo doctor le dijo la verdad "la cuidé por tí"..."en mi mundo puedo gritar a los cuatro vientos que la amo"

"¡Odio éste día! Amo lo conseguido, amo el amor que me profesan, amo ser Idol, pero odio éste maldito día".

Esos eran sus amargos pensamientos.

—Ahora estoy aquí a tu lado, no dejaré que nadie te haga daño —tenía que dejarle claro que a su forma también la protegería, la cuidaría y la amaría.

Ese tío no podía venir y llevarse todo lo que habían conseguido tener estando juntos.

Le aclaró el cuerpo que lo tenía lleno de espuma, la sacó y la envolvió en una toalla blanca, la abrazó y la levantó dos palmos del suelo. Ella se cogió a su cuello y se dejó llevar. Puso su rostro en el cuello de Jungkook, el jersey que llevó en la presentación se lo tapaba y ella lo olió.

—Hueles tan bien, me encanta olerte.

El alcohol y el baño la tenían relajada. Él la llevó a la habitación y la tendió despacio en la cama.

Se sentó a su lado.

—Te compensaré, te lo prometo, iremos a un bonito lugar con Bora, solo espera que termine el concierto de Busan.

TN sonrió mirándolo absorta y somnolienta.

—Eres tan guapo, eres tan hermoso Jungkook, me gusta tu pelo, todas gritaban ¿Verdad?

A él le entraron ganas de llorar.

—¡Joder cariño! No me lo hagas más difícil, sé que es mucho tiempo el que estoy fuera, sé que os tengo un poco olvidadas, pero os lo compensaré, te lo prometo —se sentía acorralado. Eran muchos los problemas que tenían que lidiar, tener familia no era fácil en el mundo en el que se estaba y el tiempo libre casi no existía para un Idol.

—Voy a ir a mi país por un tiempo.

Todo quedó en silencio por un momento.

—¿Por un tiempo? ¿Cuánto es por un tiempo? —le entró el miedo.

—Jungkook ¿Sabes por casualidad de dónde soy? ¿Me has preguntado alguna vez cuáles son mis verdaderos orígenes? No sabes siquiera si soy de ciudad o vivía en el campo ¿Sabes en realidad quién soy?

—No vayas por ahí te lo pido, solo somos tú y yo, me da igual todo lo demás. Somos tres ya, nada más —se incorporó y empezó a andar por la habitación frustrado, intentó peinar el pelo con sus dedos como siempre hacía, y al igual que antes se enredó en ellos—. ¡Maldita sea! Todo ésto es un puto asco —lo dijo enfadado porque la noche había sido demasiado larga y sabía cuáles eran los problemas con los que tendría que lidiar. Ella se acurrucó entre las sábanas y empezó a llorar.

A él se le saltaron las lágrimas pero tragó fuerte  y las paró, no iba a llorar, era un hombre fuerte.

—Tengo que salir un rato, lo siento, necesito que me dé el aire —parecía un animal enjaulado, todo lo estaba sobrepasando, llevaban tiempo lidiando como podían con los problemas, tenían mucho trabajo también y él no era de hierro.

Ella no dijo nada, solo escuchó un portazo de la puerta de entrada. Se había ido.

Ninguno tenía la culpa pero todo estaba en su contra en éstos momentos, los dos intentaban llevarlo lo mejor que podían pero parecía que no era suficiente...

Ninguno tenía la culpa pero todo estaba en su contra en éstos momentos, los dos intentaban llevarlo lo mejor que podían pero parecía que no era suficiente

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