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Esperar al Idol o a Jeon Jungkook...¿Qué es lo que debía hacer? A un simple hombre de veinticinco años o a un Idol de masas que estaba sufriendo ahora junto a sus compañeros.

TN se encontraba sentada junto a Bora en la mesa de la cocina, la niña ya comía ella solita, cogía su cuchara pequeña con su nombre grabado, Jeon Bora, su padre se la compró orgulloso...metía en su boca pequeños trocitos de fruta. Crecía tan deprisa que ya no era un bebé.

¡Oh Dios! TN recordó todo. Las dejaría solas, se iría lejos, y un nuevo sufrimiento vendría para separarlos.

—¿Mami?

—Dime cariño.

—¿Papi?

—Viene pronto cielo.

Era ya muy tarde y Jungkook aún no había aparecido. Durmió a su hija después de leerle un cuento y luego se fue a su habitación.

Las redes sociales ardían, el comunicado de la compañía ya estaba por todos lados, los comentarios dolorosos no se hicieron esperar.

La mejor banda de k-pop de los últimos tiempos dejaba la música por más de dos años.

Había dolor en el fandom, pero también palabras de aliento hacia sus ídolos. Hablaban de la teoría del pelo largo y las tijeras. Ya se dieron cuenta que era cierto, todos dejaron su pelo crecer porque sabían que la posibilidad de no ir a cumplir con su deber como ciudadanos coreanos, era muy pequeña.

TN se quitó la ropa y se metió en el baño, llenó la bañera y puso unas velas aromáticas encendidas en el borde que daban un ambiente romántico, pero lo que ella deseaba es sentir paz y tranquilidad. También puso música, una de ambiente para relajarse.

Echó sales de olor a flores, eran de diversos colores y se metió en el agua. Respiró hondo y hundió su cuerpo hasta mojar su pelo largo, después salió y posó su cabeza atrás para cerrar los ojos.

Recordó todo su camino junto a Jungkook, todo lo que llevaban luchado, lo que se habían amado, su embarazo y su vida entre aquellas cuatro paredes, dolor y amor a partes iguales.

—Tremendo espectáculo que están viendo mis ojos en éste momento —oyó decir con una voz que la electrocutó.

Abrió los suyos y se encontró al que llenaba sus pensamientos. Venía con el pelo todo alborotado por haberse peinado infinidad de veces con los dedos, maldita mania que la tenía sumida en un puro deseo por el hombre que tenía allí de pie. Cómo le gustaba ese acto inconsciente que tenía con ese pelo negro que la había enamorado tan dolorosamente.

Sus ojos estaban rojos y sus pómulos rosados a causa de haber bebido más de la cuenta. Estaba ebrio y la sonrisa triste que traía le dolió.

—¿Puedo meterme ahí contigo? —era una súplica lastimera.

Ella asintió y le sonrió también un poco triste.

Lo observó desnudarse, su cuerpo le iba siendo expuesto lentamente, ¡Cuánto iba a echar eso de menos!.

Ya estaba completamente desnudo y ella lo admiró, lo contempló. Se quedó Jungkook por un momento quieto, sin moverse, se sentía deseado cuando su TN hacía eso con los ojos, cuando se mordía el labio inferior y sonreía descarada.

—Cuanto voy a echar de menos tus ojos cariño y que me mires de ese modo tan desesperado —le dijo Jungkook con un suspiro amargo.

Alzó al fin su larga pierna y entró con ella para  posicionarse tras su espalda, la atrapó y dejó caer su rostro en su hombro.

—¿Estás bien? —le preguntó TN en tono bajo.

—Ahora ya sí amor.

Sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo.

—Me encanta como tiemblas, no quiero que eso cambie nunca —le pasó un mechón mojado por detrás de la oreja y después besó su clavícula.

Los labios le quemaron la piel.

—No sé aún cuando me voy, pero quiero y necesito saber que estarás aquí cuando vuelva.

TN tuvo unas ganas desesperadas de llorar. Tragó y deshizo todo lo que le vino.

—¿Tienes miedo que desaparezca de tu vida?

—Sí...lo tengo.

TN se movió de la posición que estaba y se puso frente a él, lo rodeó con sus piernas por la cintura, la gran bañera daba total libertad de movimiento por lo grande que era.

Puso sus manos en los fuertes brazos de Jungkook y se los acarició.

—Me gustaría que te hicieras un tatuaje con mi nombre —lo miró directamente a los ojos— ya que no puedes casarte conmigo aún, quiero que lleves mi nombre grabado. Voy a ser egoísta por una vez, me lo debes. Y no voy a desaparecer.

Jungkook le pasó la mano por uno de sus pechos y lo abarcó entero.

—Te prometo que lo haré antes de irme, y por las noches será lo último que mire y por las mañanas lo que me hará desearte más.

Levantó TN su trasero y se acomodó en su regazo para engullir al hombre que tanto deseaba. Se unieron en uno solo al instante.

Él cerró los ojos y echó su cabeza hacia atrás al sentir la calor de su hermoso y carnoso sexo.

—Si es por recordar —le susurró ella en el oído mientras movía sus caderas despacio—. Haremos hermosos recuerdos hasta el día de tu partida.

Los movimientos en el agua se volvieron un poco más agitados cuando él la ayudó a moverse sacudiendo sus manos sobre sus caderas.

Hacían el amor entre gemidos descontrolados y jadeos persistentes.

—Joder...me voy —gruñó él y ella se agarró a sus hombros para terminar al mismo tiempo.

Cuando controlaron el temblor y el placer, se abrazaron.

—Te amo.

—Yo también te amo.

Sin hablar más el uno con el otro ni mirarse, Jungkook le pasó la esponja entre los muslos para limpiarla. Después lo hizo con él mismo.

Soltó la esponja y se levantó, la cogió entre sus brazos y su pecho y salieron juntos del agua. Aún con sus cuerpos mojados la llevó a la cama, la tendió y la cubrió con su piel ardiendo de nuevo por el deseo.

—Ahora me toca a mí, voy a poseerte. Quiero decirte que mi mayor deseo es que en un tiempo no muy lejano pueda hacerte mi mujer, que lleves el apellido Jeon será todo lo que esté bien dentro de mi mundo cariño —se posicionó en su entrada con su miembro en la mano el cual había vuelto a ser enorme y caliente y la miró nervioso pero con toda las malditas ganas intactas—. Mi puta necesidad está en querer entrar en tí pudiendo decirte señora Jeon. Joder TN que esa es mi promesa, nunca dudes de mi amor por tí, cuando me dijiste MERRY ME me hiciste tremendamente feliz. Y que te quede claro que si no eres tú, no quiero a ninguna más en toda la vida.

Entró en ella sin contemplaciones, con fuerza y con unas ganas tremendas, los dos tenían ya las lágrimas corriendo por sus mejillas...

ME ENAMORÉ DE UNA ARMY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora