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¿De verdad le has pedido matrimonio a Jeon Jungkook? ¿De verdad hiciste eso TN?

Se preguntaba cuando iba saliendo de su lugar en el concierto, ¡Dios del cielo! Había sido calcadita a todas las demás con eso de haberle lanzado la propuesta al escenario.

Sus sueños de ARMY se habían cumplido, eso sí desde luego que había pasado. Cambió de bias al final, todo se volvió extraño y bonito a la vez.

Empezó a sonreír y se abrazó a sí misma para mitigar las ganas de llorar que se le habían encajado en su enamorado corazón.

Tenían que ser felices los tres, tenían que darse una oportunidad, tenían que luchar juntos, haber venido al concierto le abrió el mundo de golpe, sus pensamientos habían cambiado por completo y se sentía muy feliz.

Empezó a buscar a Hiari pero no la encontraba, llegó hasta donde estaba el doctor Anh, que recogía todo el material médico para salir fuera.

—Te ayudaré —le dijo y se posicionó a su lado.

—¿Has llorado? —le preguntó éste mirando su rostro.

—Un poquito —le sonrió con el nudo aún en su garganta.

Todo el estadio se estaba quedando en silencio y ellos recogían de igual modo, TN no tenía ganas de hablar, su pensamiento solo volaba hacia ese ser especial que la esperaría luego en casa. Lo amaría todos los días, no le volvería a reprochar jamás lo de que todas lo miraban y lo deseaban, porque ella lo deseaba más, mucho más y eso no era malo.

—Ha sido un placer trabajar contigo —le dijo el doctor con una sonrisa y le tendió la mano— sé que en tu país los saludos son así.

—Sí, así son —le cogió la mano y se la estrechó— para mí también a sido un placer estar contigo.

—No te mandó nadie para estar aquí como doctora ¿Verdad? —al fin le dijo lo que pensó desde el principio.

Ella sonrió— Siento haberte engañado, de verdad es que tenía que entrar.

—No te preocupes, me hiciste la noche mucho más fácil, si algún día quieres podemos tomar algo juntos.

—Por supuesto, sería grato hacer eso —le sonrió de nuevo.

Los dos se volvieron porque se sintieron observados.

—¡Jungkook! Me has asustado —le dijo ella al que los miraba neutral, eso la descolocó.

¿Estaba triste?

—Hola, he venido para ver si te veía —su aspecto no le gustaba a TN, estaba con los hombros caídos y no sonreía.

—Él es el doctor Ahn, lo he ayudado en su guardia de hoy en el concierto.

Jungkook lo miró sin ganas y sin demostrar ningún sentimiento, eso le resultó muy raro a TN, estaba demasiado decaído. Por un momento se sintió culpable, ¿Para qué tuvo que decirle eso de MERRY ME? Lo había asustado, eso era, por eso estaba así con ese aspecto raro.

Se puso nerviosa.

—Encantado de conocerte —le hizo una reverencia Jungkook— ¿Puedes venir conmigo un momento? —la miró ahora a ella.

—Me iré con él, nos vemos un día de éstos doctor Ahn —se despidieron y se fueron juntos por detrás del escenario.

En otro lado del estadio estaban escondidos Hiari y Yoongi. Él le agarró la mano en un descuido cuando ella miraba como se iban.

La llevó deprisa hacia un habitáculo donde había un montón de maquinaria, puso ver al fin que era ella y que no estaba loco.

La tenía aprisionada en una de las paredes.

—No quiero que te quites nunca la bata de doctora que llevas hoy puesta —le decía con voz ronca mirándola a los ojos.

—Yoongi —le susurró ella tímida.

Él nunca se había comportado de ese modo, nunca había visto ella esos ojos felinos ardiendo con tanto deseo.

—Creo que nunca te he dejado claro lo que me gustas Hiari —le acarició el rostro con las dos manos— creí que me había vuelto loco cuando estaba rapeando, y es que verte allí cerca de mí en ese momento me encendió por completo.

Ella estaba sumida en un montón de emociones, era virgen, nunca le habían hecho el amor, no había deseado nunca a ningún hombre como a aquel que llegó sin previo aviso a su vida. Los besos y caricias que se demostraron durante el tiempo que estuvieron tonteando el uno con el otro, habían sido un mero acercamiento, todo muy comedido. Pero hoy el cuerpo de Yoongi ardía como el puro infierno.

Eran un hombre y una mujer en éste momento, nada de fama ni Idols, solo dos personas escondidas deseando besarse y acariciarse.

Le atrapó la nuca y la besó, lo hizo con fuerza, sus lenguas jugaron despiadadamente una con la otra, eso ya lo habían hecho anteriormente, aunque más lento, más comedido. Sin embargo ahora era un juego altanero y lujurioso. El movimiento y el ruido cuando chocaban juntas se envolvía con los quejidos desesperados de los dos.

Yoongi puso sus dos manos apretando los senos de Hiari, fue puro instinto por querer poseerla de una vez por todas, pero ella se echó de golpe en su hombro jadeando, ese contacto era nuevo y la asustó, aunque al mismo tiempo le gustara

—Están tan tersos y tan duros ¡Mierda! —se quejó él sintiendo una dureza extrema entre sus muslos.

—Yoongi —le sonó su nombre en ese momento en el oído— tengo miedo.

Él paró de golpe y la agarró por los brazos para separarla de su cuerpo, estaba echada encima suya literalmente, sin fuerzas.

—¿Qué te ocurre? No me temas, ¿Es mucho para tí? Tal vez me he apresurado, es que verte ahí me puso duro Hiari.

Ella emitió un sonido de vergüenza. La miró de nuevo y se asustó un poco, estaba tan roja y tan avergonzada a causa de su comportamiento obsceno, el que estaba teniendo porque ya no podía aguantar más cuando la tenía tan cerca, y hoy vestida de ese modo mucho más, pero ella era una chica sin experiencia, lo entendió en ese momento.

—Ya sé lo que es, nadie te habló ni te trató así jamás...nunca has estado con un hombre, es eso ¿Verdad bonita?

—Me da vergüenza decirte eso Yoongi.

Él la abrazó, le besó el cuello dulce y tierno.

—Cuando estés preparada será, cuando tú decidas aquí estaré para tí, te has vuelto muy importante para mí y tu inocencia me está volviendo loco, eres preciosa Hiari —la abrazó con fuerza.

Al lado contrario estaban Jungkook y TN, habían entrado en un camerino que estaba solo, cerraron la puerta y se miraron a los ojos.

Ninguno decía nada, allí se observaban en silencio.

Hasta que ella no pudo más.

—No quieres casarte conmigo ¿A qué es eso lo que te pasa?

Jungkook suspiró y bajó su rostro por un momento el suelo para luego volverla a mirar.

—Sí y no TN...sí y no...

ME ENAMORÉ DE UNA ARMY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora