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Jungkook se encontraba en la cocina haciendo la cena, mientras su amigo y su...¿Novia? Aún nadie sabía lo que eran Hiari y Yoongi, pero todos los veían muy bien juntos, los dos jugaban con Bora y reían de las ocurrencias de la cría.

Yoongi sonreía más que antes, la ansiedad que a veces padecía y la claustrofobia por estar rodeado demasiado tiempo por la multitud, se habían casi extinguido.

Ya estaban poco a poco cada uno con una pareja, ese asunto era muy difícil de tratar en la compañía. No los querían escuchar y todo transcurría en la sombra. El mismo Taehyung se encontraba en una encrucijada, las redes sociales ardían con unas fotos filtradas por un amigo de Jenny, la cantante de Black Pink. Ellos le habían preguntado si el que salía junto a ella era él, pero por primera vez en su vida no dijo nada, se quedó mudo ante sus amigos. Era un chico tierno y sensible pero a la vez muy reservado y que tenía el temperamento suficiente para dejar claro cuando era el momento de contar sus cosas. Ya lo haría, lo querían de todos modos.

Jungkook no sabía el día que iba a formular la pregunta a las ARMYS, lo estaba dilatando demasiado, pero es que tenía miedo de no sentirse arropado y querido cuando supieran que por fin había encontrado el amor.

Sabía que se lo debía a TN y a Bora. No podía mantenerlas en la sombra para siempre. Precisamente hoy, se había ido así de preciosa y no sabía que no podía reclamar que era suya delante de la gente si el gilipollas de su jefe se pasaba de amable.

Eso lo tenía furioso y con ganas de salir corriendo para ver qué es lo que estaba haciendo en éste momento. No podía comportarse como un energúmeno, lo sabía, pero de todos modos se sentía con ganas de dejarle claro lo bueno que era estar a su lado, que se le quitaran las ganas de mirar a otro o pensar que estaría mejor lejos de él. Solo eran conjeturas sin fundamento, pero aún así, la situación lo tenía de los nervios.

—Treinta y tres años pssssss.

—¿Decías algo? —le preguntó Yoongi al escucharlo y ver como fruncía el ceño.

—No...cosas mías...¡Oye! —se lo pensó mejor y quiso preguntar—. ¿Pueden ser tíos de treinta y tantos jefes de hospital? Eso es muy pronto. ¿No?

—Ni idea...yo de ese mundo no sé nada —le contestó sin saber porqué lo decía esas cosas.

Comieron y hablaron de otras cosas, aunque a él no lo dejaba su subconsciente tranquilo.

TN y ese imbécil de treinta y tres años.

Ahora estará riendo las tonterías que diga el gilipollas ese, después tomarán unos tragos y TN tendrá ese color tan adorable en sus mejillas, entonces el otro se fijará en lo guapa que es...y...

Esos eran sus pensamientos tormentosos que lo estaban desquiciando...

๑⁠˙⁠❥⁠˙⁠๑

🔞🔞

—Gracias por acompañarme —decía TN en las afueras del apartamento.

Se despidió de su compañera de trabajo que también fue quién la había recogido anteriormente, y sacó las llaves para abrir la puerta del apartamento de Jungkook.

—!Oh! Jajaja, no sé porqué es tan pequeña hoy la cerradura —la llave no entraba, había bebido un poco de más y su pulso no era muy bueno.

Entre risas al fin la abrió.

—Por fin...uffff...no haré ruido, estarán ya dormiditos —dijo bajito y volvió a reír.

Cerró la puerta despacio y se quitó las sandalias de tacón, las dejó a un lado. Empezó a andar de puntillas sin encender la luz, no quería que Jungkook la viera llegar, se había comportado como un niño pequeño, siempre quería ganar con sus tonterías.

ME ENAMORÉ DE UNA ARMY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora