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TN estaba visitando en una habitación del hospital donde trabajaba, a un hombre que había operado días antes, estuvo un rato allí para quedarse tranquila que todo marchaba bien, después se encaminó a su despacho de nuevo. Al entrar vio que Hiari estaba sentada en una silla esperando que llegara.

—!Oh! Hiari que sorpresa, no te esperaba —entró y dejó su carpeta en la mesa.

La otra tenía la cara triste, suspiraba y no decía nada.

—¿Qué te ocurre? —TN se alarmó y se sentó frente a ella.

—Tengo un problema —la miró seria.

—No me asustes, te ves mal.

—Te necesito como médico, !No! Mejor como amiga, tú sabes cómo va eso por los dos lados desde luego —suspiró y se irguió para contarle decidida— tienes que aconsejarme con algo.

—Dime rápido lo que tengas que decirme, me tienes en ascuas y asustada —la puso impaciente, la conocía desde hacía mucho tiempo y era algo gordo.

Hiari era una chica risueña por naturaleza, sus padres la querían mucho, la mimaban, estaban pendientes de ella siempre, era hija única y muy deseada hasta antes de nacer. La señora Choi era autoritaria con ella por miedo a que le hicieran daño, la crió sin querer con miedos infundados, pero su amor hacia ella era tan grande que ya le hubiera gustado a TN tenerlo de parte de la suya.

—Soy virgen todavía TN —soltó cómo si fuese la peste bubónica.

—¿Aún? —no pudo reprimir el comentario su amiga— perdón no tenía que haberlo dicho así, creía que tú y Yoongi...

—No, no hice nada con él todavía, eso me hace patética ¿Verdad? —se quejó.

—No, por Dios, no eres patética, tú decidirás cuando quieres dejar de serlo —le acarició una mano que tenía apoyada en la mesa.

—Es que yo quiero dejar de serlo, pero me cuesta y Yoongi ya está que se sube por las paredes, se está volviendo más frío que nunca, su carácter es seco y está más callado de lo normal —dijo triste.

—A él siempre le resultó difícil expresar sus sentimientos, no te preocupes mucho.

—Pues me estoy preocupando, cuando me acerco a él retrocede, respira fuerte y me da un golpecito en el hombro, me sonríe y se va —respiró frustrada— y allí me quedo yo con ganas de que me bese.

TN sonrió por ver el puchero que hizo con sus labios.

—Su personalidad es esa Hiari, no es nada raro que se muestre un poco distante a veces, tal vez ahora con lo de que se tienen que ir.... —las dos emitieron un suspiro largo— tal vez por eso esté un poco seco y distante, no por tí.

—No TN, es porque no se ha acostado conmigo todavía y es que tengo miedo —las lágrimas le llenaron los ojos— ¿Y si ve que no soy gran cosa desnuda? Él es tan guapo y tiene ese cuerpo que derrite el hielo con solo estar cerca, que me veré patética cuando me tenga allí delante.

—¡Ay! Hiari no seas tonta, ¿Aún no te diste cuenta como te mira? Es como si fueses su energía, se recarga cuando está a tu lado, lo he visto llegar enfadado y con solo una mirada tuya se despojó de todo el tormento que lo embargaba.

Entonces por las palabras que escuchó de su amiga lloró, no pudo parar más lo que le oprimía el pecho desde el concierto en Busan.

—¿Vas a llorar? Mira no seas infantil Hiari, ¡Madre mía! —se levantó a abrazarla, de pie lo hizo mientras la otra se mantenía sentada, se echó en su amiga y sollozó.

—Lo quiero TN, ya no puedo esconder más lo que siento, pero no sé si esto que tenemos es bueno para él.

—Bienvenida amiga —dijo TN con tristeza— ese sentimiento es inevitable, te lo digo por experiencia, pero estar lejos de él será peor, te lo puedo asegurar, se siente horrible —le contó con un suspiro.

ME ENAMORÉ DE UNA ARMY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora