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Todo salió a pedir de boca, Jin consiguió un premio en solitario, las votaciones le hicieron ser el ganador en categoría individual.

Todos estaban encantados de que su trabajo fuera una vez más valorado.

Cantaron y fueron los mejores durante toda la gala.

Se hicieron fotos con otros artistas y salieron hacia la fiesta que había programada para celebrar los premios conseguidos.

Jin, Taehyung y Jungkook iban en el mismo coche, los demás estaban en el interior de los otros dos coches que los habían recogido.

—Voy a hablar con TN, no nos despedimos muy bien —dijo Jungkook mordiendo su labio nervioso.

—Parecéis escenas de matrimonio —dijo Jin con gracia.

—Ser un hombre comprometido es difícil ¿Verdad? —le preguntó Taehyung mirándolo atento.

—Tiene cosas buenas y cosas, bueno... no tan buenas, a veces las mujeres son un poco difíciles de tratar, se enfadan muy pronto, no les digas que no te gusta que el cachas de su compañero la mire del modo que mira ese tío a mi novia —lo dijo ya enojado.

—Celos, mal asunto Jungkook, eso solo trae problemas —le dijo SeokJin.

—Estoy totalmente de acuerdo —dijo con el móvil en la mano para llamar a TN— intentaré arreglarlo.

La llamó unas cuantas veces pero no podía contactar con ella, le fue imposible, ya habían llegado al lugar de la fiesta y se metió el móvil en el bolsillo.

Salieron del coche y todos juntos se adentraron a la gran sala.

Estaba todo precioso, gran iluminación, música envolvente y decoración exquisita.

Cuánto daría porque estuvieses aquí a mi lado TN.

En el hospital las cosas no iban bien.

TN estaba haciendo la maniobra de reanimación a un niño que tenía problemas de corazón. Estaba presionando su pecho con una agilidad pasmosa, era una de las mejores cirujanos cardiovasculares que había entre los hospitales de la ciudad.

—¡Él desfibrilador rápido! ¡Cárgalo a dos mil! —gritaba a su compañero.

—!Aquí tienes!

—Dios del cielo, vamos...vamos por favor —no funcionaba, el niño seguía sin ser estabilizado—. ¡Otra vez! ¡Cargalo a cuatro mil! ¡Responde por favor! —nada surgía efecto.

—Déjalo TN.

—¡No! ¡Su corazón tiene que volver a latir!

El enfermero la cogió de los brazos y la miró duramente.

—No podemos hacer nada, entiéndelo, no es culpa tuya, estaba mal desde hace mucho tiempo.

—Hora de la muerte, las 22:48 —comunicó el que administraba la medicación en la operación.

Ella se quedó paralizada, había muerto, solo tenía doce años, ¿Cómo es que no pudo salvarlo? Era su primer fallecido, nunca había experimentado tal sensación de dolor y ahogo, miedo y vacío.

ME ENAMORÉ DE UNA ARMY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora