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Jungkook llegó y paró ante el largo y blanco pasillo, las luces alumbraban brillantes todo el trayecto. Los demás se habían quedado atrás, solo el padre podría entrar.

Padre, una palabra que lo tenía aturdido y asustado. Era feliz, lo sabía, pero también se sentía asustado por no saber si sería capaz de sobrellevar todo lo que le venía a su vida de Idol.

Él pasó por momentos muy difíciles, echó de menos a sus padres a una corta edad, pero su sacrificio había merecido la pena, era todo lo que quiso ser en el pasado.

¡Un hijo!...Su hijo, venía para ser un niño feliz en éste mundo de artistas cansados por los ensayos y por dar su vida para que un fandom fuera feliz. Y ese pedacito suyo merecía toda su atención y cariño. ¿Podría compartir su vida con las dos cosas más importantes que tenía? Debían entenderlo, deberían no cuestionarlo, estaba ante algo maravilloso y que lo tenía sumido en la más completa felicidad.

Andaba despacio y se encontró a Hiari a un lado del pasillo. Yoongi se lo encontró en la parte principal, dónde se quedaron Jin y Jimin.

—Ya llegaste, ¡Oh! Jungkook estaba tan nerviosa cuando la vi aguantando el dolor —sus ojos estaban rojos y las lágrimas rodaban por sus mejillas— es tan fuerte, TN preguntó si te lo habíamos dicho, no le contestabas y no quería que te perdieras éste momento.

Jungkook no decía nada, solo la escuchaba atento y tragando fuerte sus emociones.

—Yo ya me voy —le tocó el brazo de forma tierna— eres tú y solo tú el que tiene que estar junto a ella en éste momento, yo solo la acompañé porque tú no estabas —Jungkook asintió.

—Gracias Hiari, sé lo que ella significa para tí, y te agradezco que estés a su lado también en éste momento.

—No me des las gracias, solo deseo que los dos volváis a estar juntos, lo ha pasado muy mal ¿Sabes? Ha llorado mucho por tí —a él se le estrujó todo y sintió dolor por aquellas palabras— pero yo sé que aún te quiere, tal vez el niño os una de nuevo —asintió y tragó sus lágrimas.

—Gracias de nuevo, ahora vete que creo que hay alguien ahí fuera que tal vez te alegre ver —le dijo con una sonrisa.

—¿Quién? —preguntó ella sin saber a quién se refería.

—Jimin, vino conmigo.

—¡Ah! —dió una risita nerviosa— ¿Y Yoongi? ¿Se ha ido?

Jungkook entrecerró sus ojos— No, creo que no, yo lo dejé ahí fuera.

¿Le gustaba Yoongi? ¿No era Jimin su bias? Vaya lío, pensó, a TN le ocurrió lo mismo, ser bias no era tan importante ni una ganga para enamorar a las chicas, pensó. Reía en su interior.

Se despidieron y se sentó en una silla de las que había en aquel desierto y silencioso pasillo, ya lo llamarían.

Cogió sus manos, echó su cuerpo hacia adelante y mordió su labio nervioso. Sus botas negras golpeaban frenéticas el suelo. Suspiros se escapaban de su boca y tragaba una y otra vez.

—¿Señor Jeon? —dijo alguien de pronto.

Se levantó de un salto y vio a una enfermera que lo miraba con una gran sonrisa.

—¡Oh! Dios mío, cuando me dijeron que era un tal señor Jeon me dió un escalofrío, y de verdad eres Jeon Jungkook —se cogió las mejillas con las dos manos por lo rojas que las tenía— la lástima es que no puedo hablar de todo ésto y mis amigas no lo sabrán nunca —se puso triste.

—Te daré mi autógrafo, te regalaré mi último álbum de fotos, pero ahora llévame con ella, te lo pido por favor —le decía descompuesto.

—Por supuesto, ya está a punto de nacer, lo está esperando, me lo ha dicho ella misma, que quería que el padre de la criatura estuviera a su lado —la jovial chica empezó a andar hacia unas puertas que se abrieron solas.

—Entre ahí y póngase el atuendo que está sobre el banquito de madera —le indicó.

Un gorro, una bata y unas pantuflas de color verde se puso Jungkook. Una foto así vestido estaría en las primeras páginas de las revistas y sería viral en las redes sociales.

Salió de allí y entró en otra sala que estaba fría, TN estaba tendida con sus piernas en alto tapada por una fina tela de color verde.

Su cara denotaba el sufrimiento que sentía, estaba toda roja y ahogaba los gritos con pequeños sonidos de dolor.

Se acercó temblando y cogió su mano.

—Estoy aquí cariño, no me iré de tu lado, apóyate en mí mi amor —sus palabras sonaron en los oídos de ella.

La hizo llorar, su llanto salió disparado como el de una niña pequeña. Agarró la mano de Jungkook cuando le vino de nuevo el horrible dolor.

—¡Empuja TN! Venga mi chica valiente...¡Vamos! —por lo alto de la sabana salió un joven médico, rubio y de ojos azules tan grandes como los de ella, era de su nacionalidad.

No era momento para los celos, pero se le cogió un peso raro en el pecho, no le gustaba como le sonreía, le hablaba autoritario para que ella hiciese su trabajo para que su hijo naciera, pero había una complicidad que lo tenía preocupado.

—Eres una chica muy fuerte "Ojitos bonitos" —le dijo aquél doctor que estudió con ella, ese era el mote cariñoso que le puso en sus años de universidad.

—¡No puedo! ¡Mi hijo tiene una madre...muy débil —decía TN asustada.

Jungkook bajó su rostro y la besó en la mejilla —Tiene a la mejor madre que habría podido tener para venir a éste mundo, eres la mejor madre que podría yo haber elegido para que mi hijo viniera a éste mundo, así que vamos TN, demuéstrale quién eres, te necesita para poder ver la luz y a nosotros —ella lo miró entre lágrimas y en dos achuchones ya estaba el llanto del bebé sonando por aquella fría habitación.

—¡Oh! —los ojos de Jungkook se abrieron de par en par, su corazón se le iba a salir del pecho—. Creo que me voy a desmayar —tragó fuerte y soltó todo el aire que llevaba aguantando desde que entró.

Miró a TN y los dos estaban llorando.

—Pero qué....ay TN tenemos una sorpresa —el doctor empezó a reír.

—¿Está bien mi hijo verdad? —dijo él asustado.

—Está perfectamente señor Jeon, pero creo que le va a gustar la sorpresa, dicen que los papás tienen delirio por sus hijas, y aquí llegó su princesita...

💜💜

¿Será así cuando sea padre en la vida real? Lloraré también cuando consiga ser feliz en esa faceta.

Jeon Jungkook te deseo toda la felicidad que te mereces.

ME ENAMORÉ DE UNA ARMY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora