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Jungkook estaba acunando a Bora entre sus brazos, lo hacía de pie y andando por el gran salón. La balanceaba de un lado a otro y le cantaba. La niña se veía super feliz.

Se levantó de la cama cuando la escuchó llorar, no le dijo nada a TN porque había tenido pesadillas en estos últimos días. Esta noche había sido una de esas, por eso la quiso dejar dormir. Le dió un beso en la frente y se sintió triste por verla tan intranquila, lo estaba pasando mal por su culpa, pero es que él no lo estaba pasando mucho mejor.

Las cosas se habían puesto difíciles y nadie podía cambiarlas, el deber era el deber y a él no iban a decirle más que era una nenaza por querer eludir el servicio militar. Ya estaba cansado de insultos de esa índole, siempre con esa cantinela de chinos gays. Si lo fuera tampoco sería un insulto, ser gay no era una deshonra pero ¡Joder! ¡No lo era! ¡Y era coreano, no chino!

—¿Quiere mi niña jugar un ratito en su parque de juegos? —le preguntó a Bora con su frente pegada a la de ella.

La niña puso sus manitas en las mejillas de su papi y se las estrujó.

—Pues venga —la intentó soltar.

Entonces la niña se negó con un puchero largo y se agarró con más fuerza a su camiseta ancha, pataleaba y lloraba. Él se desesperó.

—Vas a por mí Bora, ¿Qué hago para que me obedezcas? Luego tu madre dice que soy un enclenque, que haces lo que quieres conmigo —resopló y empezó a darle besos.

Después de mucho dialogar la pudo poner en el ansiado parque, esa niña lo hacía sudar, pero a la vez moría de amor por ella.

Se encaminó hacia el dormitorio y al entrar vio que TN no estaba en la cama, pero los sollozos ahogados llegaron a sus oídos. Estaba en el baño.

Intentó abrir la puerta y la tenía cerrada con llave.

—TN ábreme.

—¡No! ¡Déjame sola! —le gritó.

—¿Qué te ocurre? —se sintió preocupado.

—¡Nada! ¡Quiero estar sola! —lo desesperó.

—Si vas a empezar a comportarte de éste modo vamos mal cariño, acabo de terminar de dialogar con una niña pequeña para que me haga caso y ahora me encuentro a otra más infantil todavía —tocó con los nudillos en la puerta— venga abre y te doy un besito.

—¡No quiero un beso tuyo!

Él abrió la boca con indignación.

—¿Cómo puedes decir eso cuando anoche jadeabas diciendo "más Jungkook, quiero más"

—¡Cállate! Te va a escuchar la niña.

—Está jugando y la tele está encendida, así que abre por favor y hablemos, no puedes estar pensando siempre en lo mismo, será lo que tenga que ser, no vamos a estar todos los días amargados con la situación cariño —suspiró cansado.

Entonces la puerta se abrió y él se quedó inmóvil.

—TN ! Por Dios! ¿Qué hiciste con tu pelo?

Estaba con una trenza hecha de su pelo en una mano y en la otra agarraba temblorosa las tijeras.

—Lo corté, si tú no puedes tenerlo tan bonito como hasta ahora, yo tampoco —las lágrimas caían por su cara.

—Eres una loca —fue rápido a abrazarla.

—Es que no quiero que te vayas, mi madre me dejaba sola siempre cuando era pequeña y me encerrada para acostarse con hombres...fue un horror el que tuve que vivir.

ME ENAMORÉ DE UNA ARMY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora