4- El mercado

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-De que se supone que huimos?- hace un rato que emprendieron rumbo a algún lugar que el pequeño alien parecía conocer, estuvieron evitando y escondiéndose de la gente que se encontraba por allí, algunos llevaban armas extrañas y armaduras rojas, parecían soldados.
El chico no había hablado nada desde que aceptó ir con él, tampoco dijo a donde se dirigían y porque les perseguían, ni siquiera sabía su nombre.

-No te interesa- contestó de malhumor.

-Si no me interesara no hubiera preguntado- se detuvieron un momento, el chico estaba examinando lo que parecía una espada.

-Si quieres que te cuente algo de lo que ocurre será mejor que cierres el pico- contestó mientras le entregaba la espada- Te servirá para cuando necesites defenderte-

-Si ya, no gracias- rechazó la espada- Yo no pienso pelear contra nadie-

-Tienes que hacerlo si no quieres morir, pretendes volver a tu casa sin ni siquiera luchar?-

-Si-

-No puede ser verdad- se llevó la mano a su ceño de nuevo, parecía harto de esta situación a pesar de que acababan de empezar el viaje.

-Lo siento, pero yo no lucho-

-Bien, como quieras, pero si te matan no es mi problema- le lanzó la espada- No pienso cargar con ella todo el camino, pareces fuerte, llévala-

Se quejó, aunque no dijo ni una palabra.
La espada era bonita, tenía un mango marrón con tela amarilla envuelta al rededor, una joya en forma de estrella estaba incrustada en ella, que le pasaba a esta gente con las estrellas?

-Quédate aquí- le detuvo con su mano- Vigila que no venga nadie mientras arreglo esto- estaban en frente de lo que parecía una plataforma de cristal roja y rota, había varias piezas que se notaba que no formaban parte de esa estructura.

-Que es esto?- preguntó.

-Nuestra vía de escape, necesito terminarlo, vigila bien- le dió una mirada que no dejaba lugar a discusión.

Ese alien parecía saber lo que hacía, toda la plataforma estaba llena de esa chatarra, a saber hace cuanto que esta intentando arreglarlo.
Escuchó pisadas acercarse a donde ellos se encontraban, se puso en posición de ataque, tembloroso, no sabía que hacer.

-Creo que alguien viene- avisó a su compañero.

-Dame un momento, ya termino-

Vio 2 sombras a lo lejos.

-No es por meter prisa, pero se acercan-

-Ya voy!-

Las figuras empezaron a correr hacia donde se encontraban.

-Ay Dios, ay Dios-

-Ya está, ven- gritó.

Empezó a teclear algunas cosas en las pantallas que habían aparecido y la plataforma se iluminó.

-Si! Funciona!- exclamó emocionado el chico.

-Alto ahí!!- gritó uno de los soldados.

-Ahí os quedáis, panda de pacotilla!!- les gritó mientras una pieza de metal empezaba a volar hacia su mano, empezaron a flotar y el pequeño alien lanzó la pieza hacia una de las pantallas que se había desplegado, destruyéndola justo después de que ellos desaparecieran de allí.

-Como has hecho eso?!-

-El que- preguntó despreocupado, como si fuera totalmente normal que las cosas floten hacia él.

-Lo de la telequinesis, moviste esa pieza de metal como si nada!!-

-Ah cierto, que vosotros no podéis hacerlo- dijo como si fuera un dato irrelevante que se le había olvidado.

La Galaxia Del DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora