44- Regalos

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La noche oscura dejaba ver las estrellas con gran claridad, ninguna nube tapaba el cielo, gracias a eso, habían podido pasar un rato en familia viendo el cielo estrellado.
Ahora los adolescentes dormían en la cama elástica. Todos menos Dave y Koi, que después de la película de terror no pudieron hacerlo.
Ambos miraban al cielo, con los ojos bien abiertos, tapados con una manta casi por completo.

-No puedes dormir?- preguntó en un susurro Dave para no despertar a los demás.

Koi negó con su cabeza.

-También tienes miedo?-

-No tengo miedo- dijo con el ceño frundido, mirando a su amigo como si le hubiera ofendido de sobremanera.

-Entonces porque no puedes dormir?-

El alien se quedó callado, apartando la vista.

-Tienes miedo- se burló el humano.

-No-

-Si-

-No-

-Si-

Centímetros de distancia entre sus rostros, miradas perdidas en los ojos del otro.
El miedo desapareció de ambos chicos, dejando paso a una sensación de tranquilidad.

-Tus ojos brillan- comentó Dave hipnotizado por ellos.

Sus frentes se tocaron sin dejar de mirarse.
La mirada de Koi cambió a una pícara a juego con una sonrisa juguetona.

-Que con esa mirada?- exclamó el albino al darse cuenta de la cercanía, separándose mínimamente.

-Nada- respondió burlón.

-Claramente estas pensando en algo macabro. Que estas pensando ahora, alien desquiciado?-

El dios no dijo nada. Simplemente se movió, subiéndose encima del humano.

-Sabes? Podría hacer que durmieras sin tener ni una sola pesadilla-

Dave se puso rojo, Koi estaba tumbado encima suyo.

-Y-y como planeas hacerlo?- preguntó nervioso.

Koi se incorporó, quedando sentado encima de la entrepierna de Dave.
El humano enmudeció al instante, aguantando la respiración.

-Que haces?!- gritó todavía en un susurro.

-Relájate- empezó a mover sus caderas, haciendo que Dave le sujetara con sus manos para que parara.

-Se puede saber que haces?!-

-Ya lo verás! Vas a despertar a los demás si sigues así!-

-Tu les vas a despertar!-

Koi suspiró, volviendo a moverse.

-Cierra los ojos- ordenó.

-No, baja-

-Santo Dios. Esto es solo una distracción para poder entrar a tu mente y hacerte dormir- le explicó al ver que no conseguiría nada.

-Te quieres aprovechar de mi y luego burlarte-

-No lo voy a hacer-

Dave estaba en conflicto, sin saber que hacer. No parecía que estuviera mintiendo al respecto.

-Y no hay otra manera?-

-Esta es la más sencilla y rápida. El cerebro se vuelve más débil ante estas situaciones, haciendo mucho más fácil el trabajo-

-Oh...-

-Ahora calla y déjame seguir-

Siguió con el movimiento, esta vez Dave si cerró sus ojos al saber que solo era una distracción.
No pasó demasiado tiempo hasta que Koi acercó su mano a la cabeza del humano, entrando en su mente y haciéndole dormir en un instante, siendo el único despierto actualmente.
Bajó de encima del albino, mirando al cielo estrellado. Sabía que esa noche seguramente no dormiría, pero no era nada nuevo, ya había habido muchas noches como esa.

La Galaxia Del DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora