32- La playa

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Algo pesaba y oprimia su pecho. No podía moverse, se sentía atrapado.
Seguía dormido, pero que es lo que aplastaba a Koi?

Lentamente fue abriendo sus ojos pesadamente. La luz entraba por la ventana, pero no podía ver nada más que el cielo azul desde donde se encontraba.
Intentó levantarse.

No pudo.

Giró su cabeza para poder encontrar el orígen de el porque no podía moverse, solo para encontrarse a un Dave dormido y babeando encima suyo.

-Quítate gorila!! Me estas llenando de babas!!- le gritó asqueado mientras le apartaba de un empujón, haciendo que cayera al suelo con un golpe sordo.

-Que te pasa desde tan temprano?!- le respondió el humano desde el suelo.

-Me has llenado de tus asquerosas babas!!- su camisa estaba toda mojada, ahora se sentía como si un animal salvaje le hubiera lamido entero- Necesito una ducha para quitar toda esta porquería-

-Grosero-

-Si, si, lo que sea- se levantó de la cama, comprobando que su tobillo no estaba adolorido.

-Necesitarás ropa humana- le advirtió Dave levantándose del suelo.

-No pienso ponerme ropa como la tuya-

-Puedes crear la ropa que quieras, cierto?- Koi asintió- Entonces busca en mi teléfono algo que te guste-

Dave le entregó su teléfono.

-La contraseña es... Y ya lo has desbloqueado- dijo con cansancio al ver que el Dios había desbloqueado su móvil sin que le dijiera la contraseña -Para que me molesto-

-Nada se me escapa- sonrió con superioridad.

-Entra en Pinterest y busca algo mientras yo me cambio- recogió su ropa y fue a cambiarse al baño.

Varios minutos después volvió a la habitación, Koi ya había visto suficiente, así que se fue a tomar una ducha.
Mientras tanto Dave bajó a la cocina donde su madre cocinaba y su padre tomaba su café matutino.

-Buenos días!- exclamó cuando entró en el lugar.

-Buenos días mijo- su madre le dió un beso de buenos días en su mejilla -Que tal has dormido?-

-Bien- respondió con una sonrisa mientras se sentaba junto a su padre en la mesa de la cocina.

-Y tu amigo el Dios?- preguntó su padre.

-Koi, se está duchando, parece que le he babeado mientras dormía- contestó algo apenado.

-Se como se siente eso- comentó Ian desde el sofá, recordando todas las veces que de bebés le había pasado lo mismo.

-A Koi le gustaran los pancakes? No sabía que preparar cuando me desperté- Amanda era una persona muy empática y amable, así que pensara en el pequeño Dios no era raro.

-No te preocupes mamá, le encantan- replicó con una sonrisa.

-De que galaxia es él?- la curiosidad de Liam ya estaba despierta desde bien temprano.

-Pues... No lo se, nunca me lo dijo- en los cuatro meses que habían pasado juntos no le había preguntado nunca.

-La galaxia de Ukzolt- Koi bajaba las escaleras con ropa nueva. Llevaba una camisa sin mangas blanca con detalles rojos y negros, junto con una chaqueta gris con estampados de estrellas rojas por toda ella y unos guantes sin dedos negros; sus piernas eran tapadas por unos pantalones cargo de color rojo y unas tenis negras en sus pies. Había un pequeño colgante en su garganta de color negro, extrañamente familiar para Dave.
Miró su propio collar que representaba a el yang, después volvió a ver el que llevaba Koi. Era el yan, el collar que pensaba que había perdido por la lluvia ácida y que complementaba su propio colgante.

La Galaxia Del DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora