31- Primera noche en la Tierra

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-Bienvenido a mi habitación- exclamó Dave abriendo la puerta de su cuarto con Koi en su espalda.

-No es muy pequeña?- dijo Koi solamente para molestar- Y esta demasiado desordenada-

-Que pena, vas a dormir en este lugar- dejó a Koi sentado en la cama.

-Mejor que dormir en el basurero-

-Y como nos quitamos esto de la cara?- preguntó señalando su rostro lleno de purpurina mientras se sentaba al lado de el Dios.

-No se porque te lo quieres quitar, con lo bien que te queda- le sacó la lengua a modo de burla.

-Pues parece que tienes barba brillante- le siguió la broma.

-Esta bien, esta bien- Koi utilizó su magia y creó un paño con el que podría quitar perfectamente todo el producto- Quédate quieto-

El pequeño Dios empezó a limpiar el rostro de su amigo, tardaría unos minutos por la cantidad de brillos que le había lanzado.
Dave no se movió, casi ni respiró, no estaba muy acostumbrado a que el delincuente le tocara tan delicadamente, siempre era para hacer bromas o molestar. Pero ahora era con cuidado y paciencia.
Le gustaba la sensación.

-Porque sonríes?- preguntó Koi terminando de limpiar su cara.

No se había dado cuenta cuando empezó a sonreír, así que le tomó de sorpresa.

-No se, supongo que es porque es una de las pocas veces en la que eres delicado conmigo- dijo sincero.

-No he sido delicado- replicó el Dios.

-Oh claro que si lo has sido- empezaban de nuevo con el duelo de miradas que siempre terminaba con solo unos centímetros el uno de el otro.

-Te digo que no-

-Si lo has sido~- sonrió con burla el humano. Ya estaban casi rozando las puntas de sus narices.

Koi le golpeó con el paño lleno de purpurina, haciendo que algo de ella entrara por accidente en la boca de Dave.

-Ahora mi lengua es brillante- el humano sacó la lengua llena de el producto.

-Pff- el pequeño Dios soltó una pequeña carcajada.

-Crees que si lamo un helado, el helado se volverá brillante?- preguntó con sería curiosidad.

Ahora el delincuente reía de verdad.

-De que te ríes?? Tengo sería curiosidad- comentó con falsa molestia.

-Eres un completo imbécil- dijo entre risas Koi.

-Lo que tu digas. Pásame el paño- le pidió el humano. Era su turno de limpiar a su amigo.

Dave agarró la mandíbula de Koi suavemente para levantarla un poco y poder ver mejor donde limpiar.
Koi no se quejó.

Ya casi terminaba de limpiar toda la zona manchada, solo quedaba la zona de los labios, pasó varias veces el paño por ellos, lentamente. En algún momento se quedó embelesaso y se acercó un poco a ellos, siguiendo limpiando.
Terminó de limpiar, pero su mano seguía en su mandíbula, mirando los labios de el pequeño Dios.

A que sabrían? Serían dulces o amargos? Se sentirían bien contra los suyos?

Respiraciones mezcladas nuevamente, Dave inclinándose hacia Koi mientras lo acercaba a el mismo lentamente, labios a punto de rozarse...
Fue entonces cuando ambos se dieron cuenta y se alejaron repentinamente intentando ocultar su sonrojo.

Dave se aclaró la garganta.

-Será mejor que... Debemos descansar, estaras cansado por, ya sabes, todo lo que ha pasado- se levantó nervioso de la cama para acercarse al armario- Quieres que te preste algo de ropa para dormir más cómodo?-

La Galaxia Del DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora