El sonido de una trompeta despertó a todos de un buen susto.
-Buenos díaaas!!- exclamó Koi.
-Como haces para levantarte tan temprano siempre?!- gritó Dave.
El alien simplemente se acercó a él, agachandose para quedar a su altura, y sopló la trompeta de nuevo, haciendo retumbar los oídos del humano.
-Maldito desquiciado!!- le gritó tapándose los oídos al mismo tiempo que Koi sonreía maliciosamente.
-Ahora que ya estáis todos despiertos- habló haciendo desaparecer la trompeta- Tenemos que ir en busca de comida-
-Pero si trajimos provisiones- respondió Dakota.
-Mira quien se las ha comido- dijo el alien mientras señalaba a Seiun, la cual tenía toda la cara llena de migas y trozos de comida. Ella solo sonrió.
-Cuando lleguemos a la fábrica podemos matarla?- preguntó ya cansada Portia, aunque en el pasado amara a esa diosa, ahora la detestaba.
-Lo podemos negociar después- contestó Koi.
Recogieron el campamento y emprendieron la marcha en busca de comida, se encontraban en un bosque, así que muy difícil no sería encontrarla, lo difícil sería atraparla.
El planeta al parecerse tanto a la Tierra tenía animales parecidos, con algunas modificaciones obvias dignas de ese planeta, haciendo que fueran mucho más difícil conseguir un buen animal para comer.
Caminaron durante un rato, con Dakota arrastrando (literalmente) a Seiun, ya que no se quería mover. Sin duda era la persona más fastidiosa que habían conocido jamás.No demasiado tiempo después encontraron su comida, un Zapryx volador, era como un jabalí, pero con alas.
-Dakota, te encargas tu?- preguntó Koi.
-Lo haría, pero tu fastidiosa amiga esta utilizando sus poderes para hacerse aún más pesada de lo que ya es- replicó la vampira tirando de la cadena que sujetaba a la diosa, la cual estaba medio enterrada en la tierra, creando un camino de tierra. Si alguien les estuviera persiguiendo, seguirían el rastro que ella estaba creando por pura diversión.
-No te preocupes, yo me encargo- dijo orgulloso Dave mientras dejaba su espada en el suelo y se acercaba a su amigo alien.
-Que planeas- respondió el delincuente sin mucha esperanza en lo que tenga planeado su amigo.
El humano no respondió, en cambio, levantó a Koi en el aire.
-Oye! Que haces?!- se quejó.
-Como dije, no tienes que preocuparte, yo me encargo- contestó sonriente.
Le levantó con una mano como si fuera un balón, apuntó hacia donde se encontraba el Zapryx volador y se dispuso a lanzar a su amigo.
-OYE!!- gritó Koi justo antes de ser lanzado hacia el animal.
-Atrapalo!!- le gritó Dave.
El pequeño alien salió volando hacia el animal volador, estrellándose contra él y atrapandolo en el aire.
Koi no podía volar, así que se precipitó contra el suelo.-DAVE!!- exclamó asustado al ver como el suelo se iba acercando a una gran velocidad.
Cerró los ojos y esperó el impacto. Pero nunca llegó. Dave había conseguido atraparle justo antes de que tocara el suelo, haciendo que por consecuencia, él acabara en el suelo, lleno de tierra.
-Hey mira, te atrapé! Pensé que no llegaba- le dijo con una sonrisa radiante.
-Te odio. Mucho- respondió furioso el alien todavía con el animal en sus brazos.
ESTÁS LEYENDO
La Galaxia Del Dios
Ficção CientíficaDave, un chico albino amante del mar, viaja a otra galaxia por error, donde conoce a un chico bastante interesante con el que luchará contra innumerables amenazas. -Capítulos de entre 1000 a 2000 palabras -En proceso -Importante leer el epílogo (cua...