6- Conociendo aliados

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Ni siquiera le dió tiempo a reaccionar, todo pasó muy rápido. La cápsula se cerró justo después de recibir el disparo.
Koi cayó de rodillas en la cápsula.

-Hey, te encuentras bien?- Dave se acercó, no se había dado cuenta de lo que había pasado hasta el momento en el que se acercó a su compañero
-Ay Dios, estas sangrando!- entró en pánico.

-Estoy bi--escupió un poco de sangre antes de terminar la frase.

-Claramente eso no es estar bien- razonó Dave- Déjame ver la herida-

-Me han disparado una bala, tu que vas a saber de curar heridas de ese estilo?-

-En la Universidad me enseñan como tratar todo tipo de heridas en animales, no creo que haya mucha diferencia- explicó- Ahora déjame ver-

Koi apartó la mano de su costado, dejando ver la herida de bala. Dave apartó un poco la túnica para ver un poco mejor el agujero de bala, no parecía muy profunda, pero no poseía las herramientas necesarias para sacar de ahí la bala sin dañarle más. Necesitaba un lugar con los utensilios básicos de medicina y rápido, Koi empezaba a perder demasiada sangre y parecía que estaba a punto de desmayarse.
La cápsula llegó a su destino y desapareció dejando ver el lugar donde se encontraban.
Una gran explanada con nada más que hierba y cereales se dejaba ver, no veía nada más por el lugar.

Miró a su alrededor en busca de un lugar donde poder llevar a su compañero, pero no encontró nada.

-Donde estamos Koi- llamó Dave.

No le respondió, simplemente puso su mano en la plataforma haciendo un pequeño terremoto que destruyó el cristal. Justo después se desmayó.

-QUE MIERDA HACES?!- gritó, aunque sabía que él ya no le escuchaba- Joder, joder, joder- entró en pánico de nuevo.

Recordó que antes había guardado flores de esas medicinales, se apresuró a buscarlas en la túnica del alien, pero no las encontró. Posiblemente las haya hecho desaparecer como con los troncos de madera y la comida.

Ahora si que estaba jodido.

Se quitó su propia túnica para romperla y hacer un vendaje improvisado, subió a Koi a su espalda, llevando su mochila en su pecho como si fuera una riñonera y recogió su espada del suelo.
Ser grande y fuerte le servía para algo por primera vez.

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Dos horas llevaba caminando, el calor no ayudaba para nada. Necesitaba encontrar un lugar urgentemente si no quería que su compañero muriera desangrado.
Por fin vió una casa a lo lejos, apresuró el paso todo lo que pudo hasta que llegó a la pequeña casa, llamando repetidas veces demasiado fuerte.

-Hola?! Hay alguien?!- gritó esperando a que alguien abriera la puerta- HOLA?!- volvió a llamar.

-Si, si, ya voy!!- una voz femenina se escuchó desde el interior.

Dave tapó la cara de su compañero al recordar que era un criminal justo antes de que la chica abriera la puerta, no quería arriesgarse a que le descubrieran ahora mismo.

-Mi amigo necesita con urgencia medicinas!- explicó nada más la chica se dejó ver. Ella no dudó en dejarles entrar cuando vió al chico cubierto de sangre.

-Sígueme- indicó la chica.

Les llevó a una habitación con una cama, un sofá y un ventanal en el piso superior de la casa. Acostó a Koi en la cama y dejó su mochila y espada en el suelo, junto a la cama.

-Que clases de medicinas necesitas- preguntó apresurada.

-Necesito principalmente unas pinzas lo suficientemente pequeñas para sacar una bala-

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