20- Compañía

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-Se que dije que le dejáramos descansar, pero lleva casi un mes en el mismo estado- comentó Dakota mientras hacía pequeños bocetos en un cuaderno.

Había pasado casi un mes desde que se subieron a esa nave. No era fácil llegar a el planeta central, para llegar allí hay que atravesar un agujero negro en específico, que para su mala suerte, se encontraba demasiado lejos incluso yendo a la velocidad de la luz.
Aprovecharon esos días para relajarse y dormir en buenas camas, no en sacos tirados en el suelo.
La nave era grande, no tanto como una nave hotel, pero si era más grande que las normales. Contaba con cinco habitaciones, tres de ellas con baño propio; una cocina; sala de estar; almacenamiento; baños comúnes y sala de mandos. Disfrutaban pasar tiempo juntos en la sala de estar, todos menos Koi, que siempre se la pasaba en la sala de mandos o en su cuarto.
Alguna vez llamaban a su puerta cuando llevaba mucho tiempo sin salir, pero nunca dejó que nadie entrara en ella. Portia a veces pasaba un dibujo por debajo de esta para que Koi lo viera, si había suerte a lo mejor salía con ellos un rato.

O eso era lo que Portia pensaba.

-Ya empiezo a preocuparme más, y eso que yo no me preocupo fácilmente- admitió Kyo.

-A ti solo te preocupa tener un espejo cerca- comentó Lake.

-Voy a intentar de nuevo hablar con él- Dave se levantó del sofá en el que estaba sentado.

-Has ido hace menos de una hora y has obtenido la misma respuesta de siempre. Nada- aclaró la vampira.

-Y que quieres que haga? Que me quede sentado esperando toda la eternidad?-

-No digo eso. Todos estamos preocupados como tu, pero llamando a su puerta todo el rato no vamos a conseguir que nos cuente que sucede-

-Quizás haciendo eso conseguimos que nos apuñale- razonó la cyborg.

-Lo que sea- Dave se volvió a sentar en el sofá, sacando su teléfono y eligiendo que canción escuchar con sus auriculares.

Mamma Mia de ABBA apareció en su Spotify.

No la tenía añadida a su playlist, así que la guardó. Quizás a Koi le gustaba esa canción.
Abrió su chat y mandó el enlace.

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Ya era muy tarde en la "noche" cuando Dave salió de su cuarto en busca de algo para beber. Muchas veces le daba sed cuando dormía, pero nunca llevaba agua a su cuarto, así que se levantaba para saciar esa sed.

La nave estaba a oscuras, pero de la cocina irradiaba un poco de luz, como si alguien estuviera allí.
Curioso se acercó a la puerta para ver de quien se trataba, quizás a Kyo le había vuelto a dar hambre y tenían que vigilar que no acabara con todas las previsiones, que aunque fueran muchas, ya empezaban a agotarse.

Koi se encontraba delante del refrigerador.

Se le veía cansado e igual de pálido, con grandes ojeras y un pijama mucho más grande que él, tanto que la camisa casi le servía de camisón y el pantalón tuvo que doblarlo varias veces para no pisarlo. Porque no había utilizado su magia para crear uno a su medida?

-Koi?- habló Dave no muy alto, no quería despertar a Dakota. El pequeño alien cerró el frigorífico y sin mirar a el humano caminó hacia la puerta de la cocina con intenciones de volver a su cuarto.

Dave le impidió el paso poniéndose delante.

-Llevas un mes encerrado. Se puede saber que ocurre contigo?- le preguntó.

-No es nada, ya os lo dije-

-Y yo te dije que no siguieras diciendo que estas bien cuando se ve que no es así-

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