19- En camino

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Uchū observaba a Koi desde las alturas, junto con Seiun y Lake. La diosa se había sentado en el brazo del sillón, apoyándose en su hermano.

-Ese es el hermano de Seiun?- preguntó Dave.

-Uchū- contestó el alien.

-Chicos!! Que ha pasado?!- Kyo se acercó a ellos.

-Nos descubrieron por mi culpa- Dave se frotó la nuca avergonzado al recordar que había golpeado a otra persona. Las únicas veces que había golpeado algo había sido en los entrenamientos.

-Ey, donde vas?- el guaperas del grupo se dió cuenta de que Koi empezaba a alejarse de ellos, acercándose a el ventanal.

De nada servía ya ocultarse, así que con su magia cambió su vestimenta a la que siempre llevaba sin importarle que las alarmas de la discoteca saltaran. Se transformó en un cuervo y voló hacia donde se encontraban los dioses y su amiga cyborg.

-Koi!- exclamó Dave cuando vió que su amigo se ponía frente a los hermanos.

-Yo me encargo, Lake. Puedes bajar- le dijo a la cyborg.

-Estaras bien?- preguntó ella.

-No te preocupes, lo tengo controlado- le dedicó una leve sonrisa. La cyborg bajó.

Seiun estalló de risa.

-Tu? Lo tienes todo controlado?- comentó la diosa.

-Seiun- Uchū habló, haciendo que la diosa se callara con molestia- Cuanto tiempo querido Koi!-

-Uchū- saludó de vuelta el alien.

-Fíjate como has crecido. Bueno, realmente no has crecido demasiado en estos trescientos años- se burló- Que le pasó a tu cabello? Recuerdo que lo cuidabas bastante, y ahora está todo despuntado y despeinado-

-Necesito tu teletransporte para llegar al planeta central- Koi no se dejó intimidar por ese Dios, mantuvo una expresión sería todo el rato.

-Gran historia graciosa, no lo ha traído- contestó Seiun.

-Entonces me llevo la nave-

-Piensas robarme mi nave, acaso?-

-Si-

-Pues necesitarás esto entonces- sacó un pequeño mando, el cual era el que se utilizaba para abrir la nave espacial.

Koi sacó una de sus dagas y se lanzó al cuello del Dios, manteniendo la cuchilla contra este y sujetando las cadenas de la diosa con su otra mano.

-Rápidos reflejos- admitió Uchū.

Portia entró en ese momento con su súper velocidad.

-Vienen soldados rojos!!- exclamó alertando a todos- Tenemos que salir de aquí!!-

-Pero Koi-- Dave no pudo terminar la frase, Portia le había sujetado de la mano y se habían ido corriendo junto con Kyo y Lake, dejando a Koi solo con los dos dioses.

-Sabes, no hacia falta que me amenazaras con tu daga- dijo el Dios apartando la cuchilla de su cuello con su mano libre.

Le entregó el mando de la nave.

-Mi nave es toda tuya. Y por cierto, Ruumi te devuelve esto- Una máscara que simulaba el esqueleto de el hocico de un lobo con grandes colmillos, unido a una pequeña diadema con cuernos apareció en su mano. El Dios se lo lanzó a Koi, haciendo que soltara a Seiun.

Koi se quedó inmóvil viendo la máscara completa, en estado de shock, con la guardia baja.

Segundos después Dave entró a el lugar seguido de unos cuantos soldados rojos, subió las escaleras que llevaban a donde se encontraban ellos, pasando al lado de los dioses para agarrar la mano de Koi. El alien había hecho desaparecer la máscara, así que el humano no la vió.

La Galaxia Del DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora