23- En la taquilla

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-Cuanto tiempo más debemos estar así- preguntó Koi al humano.

-Portia tiene diez minutos para pillarnos antes de perder- contestó nervioso Dave.

Seguían en la taquilla, no se habían movido nada en los cinco minutos que llevaban así.

-Tenemos que salir de aquí antes de que Portia vuelva a venir- dijo el alien.

-Pero si viene puede ayudarnos a salir de aqui-

-Si, pero perderíamos, y me niego a perder-

-Es un juego-

-Bueno, entonces seguiré moviendo para hacer ruido y que venga- Koi movió sus caderas contras las partes de Dave.

-Para!- el humano volvió a agarrar la cadera de el alien para que parara.

-Bien, salgamos de aquí antes de que llegue- sonrió victorioso el delincuente- Estas taquillas deberían tener tornillos por dentro que sujeten la puerta, ves alguno?-

-No puedo ver nada en esta situación-

-Enserio te avergüenza tanto esto?- preguntó cansado de la situación el pequeño alien.

-Por supuesto! A ti no?-

-No es la primera polla que noto contra mi trasero- respondió aburrido.

-No eras virgen?-

-Que sea virgen no significa que no haya sentido esto en otras ocasiones, mucha gente desearía estar en tu lugar ahora mismo-

A Dave no le gustó la idea de alguien más en la misma situación en la que se encontraba él ahora mismo.

-Puede que tú ya estés acostumbrado a estas cosas, pero para mí es nuevo- Dave apoyó su frente en la cabeza de su amigo- Lo siento por meterte en esta situación-

Koi no dijo nada.

La temperatura empezaba a subir y tanto Dave como Koi lo notaban.

-Tengo que moverme, empiezo a no sentir las piernas- anunció Koi con las piernas acalambradas por estar medio agachado en un espacio tan reducido.

-Ok...-

-Puedo aprovechar y buscar los tornillos, intentaré moverme despacio-

El alien empezó a moverse lentamente, intentando no hacer mucha presión en la entrepierna de su amigo, buscando los tornillos.

-Cuidado...- se quejó Dave intentado que las caderas del alien no se movieran demasiado.

La nueva posición en la que se encontraba el delincuente hacia que sintiera mucho más el problema que el humano tenía entre sus piernas. La vergüenza volvió a invadirle, poniéndole un poco más rojo.

<<Concéntrate Koi, piensa como salir de aquí>> pensó para si mismo mientras encontraba los tornillos. Estiró su brazo todo lo que pudo, pero no llegó.

-Dave- llamó a su amigo- Intenta mover ese tornillo de allí- señalo hacia donde se encontraba la pieza.

Dave estiró su brazo, llegando a la pieza atornillada, inclinándose sobre el pequeño alien.

-Ah...- soltó un pequeño gemido el delincuente, quien se tapó la boca sorprendido. Koi se convirtió en un tomate.

-Que fue eso?!- gritó horrorizado Dave al escuchar a su amigo gemir débilmente por su pene, haciendo que su erección aumentara.

-N-nada- respondió muerto de vergüenza- El tornillo, Dave-

-Parece que tiene... pegamento?-

Entonces Koi tuvo el presentimiento de que esto estaba planeado.

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