42- Noche de videojuegos

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Tuvieron que hacer una reorganización de como iban a dormir, preparando un colchón hinchable en la sala de estar para que los adolescentes durmieran allí, dejando las camas a los adultos.
Todos los años preparaban ese colchón y jugaban videojuegos durante un rato mientras comían snacks, y ese año no era la excepción.

-No os acostéis muy tarde- se despidió de los muchachos uno por uno con un beso en sus cabezas, incluyendo a Koi, el cual se sorprendió tanto con ese gesto que estuvo en shock durante varios segundos.

-Hey, Koi- le llamó Dave viendo que todavía no reaccionaba.

-Que le pasa?- preguntó Carlos.

-Digamos que no ha recibido demasiado afecto materno- explicó resumidamente Ian.

Koi sacudió su cabeza, saliendo de su trance.

-Y que vamos a hacer ahora?- preguntó el dios.

Dave le pasó un joystick.

-Vamos a jugar Street Fighter- le contestó.

-Yo no juego- María se tumbó en el colchón, al lado de Koi- Mejor veo como juega tu amigo-

Le lanzó una mirada socarrona a su primo, haciendo que las alarmas de Dave saltaran al darse cuenta de que otra persona se había dado cuenta de su enamoramiento por ese chico.
Si era tan obvio existía la posibilidad de que Koi también lo supiera, pero no diría absolutamente nada para no levantar más sospechas.

El juego empezó, jugando los cuatro chicos.

Ian fue derrotado fácilmente, quedando Carlos, Koi y Dave.

Dave parecía muy tranquilo en el juego, siendo al que mejor se le daba, así que no tardó en derrotar a los muchachos, siendo en claro vencedor.

-Hey mira, te vencí en algo- se regodeó el albino, acercando su rostro al de su amigo con una sonrisa de superioridad.

-Será en lo único que me ganes- aclaró- O por lo menos hasta que domine los videojuegos-

-Podéis dejar de coquetear?- exclamó molesta la chica.

-Te da envidia?- se burló su hermano.

-Cállate imbécil- le lanzó un cojín.

Mientras tanto Dave y Koi se habían quedado paralizados, con el rojo subido a sus rostros.
Se miraron momentáneamente, cambiando de actitud y haciendo como que no había pasado nada.

O por lo menos eso hizo Dave.

Koi, por otro lado, decidió poner a prueba una idea algo macabra.
Se movió en el colchón, sentándose entre las piernas de Dave, colocando su espalda contra el pecho del humano. Agarró sus manos, haciendo que sujetara el joystick delante de él.

-Enseñame a jugar mejor- le indicó a Dave.

Los otros tres muchachos se quedaron boquiabiertos, incluso a María se le cayó de la mano un snack que sostenía en su mano.
El chico albino no se movió, quedándose paralizado y aún más rojo que antes. Sus brazos rodeaban a Koi completamente y podía sentir su respiración contra su pecho, las pequeñas manos del dios sujetaban el joystick por debajo de sus propias manos, abrazandolas de forma delicada.

-Dav- Koi le llamó alzando su cabeza, dejándola apoyada en la clavícula del humano.

-Eh sisisi eeemm...- Dave salió de su trance, colocando de mejor manera las manos de su dios e iniciando nuevamente el juego, jugando esta vez contra la I.A.

Ian, Carlos y María seguían sorprendidos a más no poder, incluso Ian había empezado a grabar poco después de que el criminal se sentara en esa posición.

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