CP 53

91 4 8
                                        

ARANZA.

-Por favor, déjame ir.- lágrimas brotaban de mis ojos.

- Nunca, jamás.- tomándome del cabello- Tu me crees estúpida se que volverás con el.

- No lo haré creeme, Si quieres me voy del país.

Me soltó y camino hasta una mesa donde había un bolso.

- ¿De verdad? ¿Dejaras el país?

- Si, te juro que me voy y no volveré nunca, pero dejame ir

Se dió vuelta y tenía un cuchillo en su mano, jugando con el dice.

- Crees que soy tan estúpida, es que no te creo.- Camino hasta mi, pasando el lado que no corta por mi rostro, pero la sensación del cuchillo frío, me paralizó el corazón.- Pero si te quito ese rostro tal vez si te deje ir.

Las palabras no salían de mi boca, quería gritar e intentar quitarle el cuchillo con mi cuerpo, pero se que me apuñalara si hago un movimiento.

- Que dices, ¿lo hacemos? Es un trato.

- No.

- ¿Por qué? Si para mí es la solución más obvia.

- No por favor.

Se separó y con fuerza dirigió el cuchillo a mi cuello y grite con todas mis fuerzas.

- Aranza.

-Aranza.

- Aranza despierta.

Respire profundo y abrí los ojos como platos, sentando me por impulso.

Mi respiración estaba muy acelerada, mis ojos buscaban reconocer el lugar donde me encontraba, unas manos sostenían una de mis piernas, dirigí mi mirada a esta y subí rápido la mirada al dueño de esa mano, era karlos y estaba muy nervioso, sus ojos buscaban con desespero los míos y subió su mano hasta mi rostro, por dónde varias lágrimas rodaban.

- Aranza, todo está bien respira.- Dijo limpiando mis lágrimas con su mano, mientras dirigió la otra dónde estaban las mías, las cuales estaban juntas en mi cuello.- Respira, todo está bien.

Quite mis manos con ayuda de el y comencé a mirar el lugar donde me encontraba.

Mi cerebro no entendía que estaba pasando, hace un momento estaba con Natalia a punto de perder la vida, y al otro estoy en una habitación de un hospital.

- Karlos- Mi voz se escuchaba grave.

- Dime.

- Que paso.

- Todo está bien.

Se puso a mi lado en la cama haciéndose espacio, hizo que me acostara y comenzó a pasar su mano por mi cabello.

- Ya todo está bien, vas a estar bien- Decía mientras intentaba calmarme y esperar a que mi respiración se controlará.

Paso un rato hasta que sentí mis ojos pesados y mi respiración más tranquila, cerré los ojos.

KARLOS.

La operación de rescate comenzó, mientras estaba en esa camioneta de inteligencia camino a dónde suponemos que esta Aranza, mi corazón no deja de latir, tengo miedo que sea muy tarde y Natalia le haya hecho tanto daño que no pueda salvarla, no soy preparado para una crianza de niños solo, ni para darles esa noticia.

El camión se detuvo fuera del conjunto de cabañas, Bajamos y los uniformados se alistaron para entrar, con cámaras, chalecos y armas, me dieron la orden de quedarme en uno de los camión de inteligencia, dónde se vería todo en vivo y en directo.

PASA LA NOCHE CONMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora