Han pasado varios meses desde que comencé a enviarle cartas al pequeño Liam y me alegra decir que fue una buena decisión, no solo porque solucionamos nuestras diferencias sino porque también descubrí que este Liam adolescente es un chico muy simpático. Y divertido.
Guardo la última carta que recibí en mi bolso para releerla más tarde y entro a casa para encontrarme con mi familia. No he avanzado mucho cuando mamá sale de la cocina con una botella en sus manos.
—Oh Maddie, ¿Estás lista?
—¿Lista? —balbuceo, mirando mi falda y chaleco de color crema.
Después de que Brian renunciara a su puesto como director de nuestra escuela, el puesto pasó temporalmente a la maestra con mayor antigüedad antes de que ella se retirara también. Entonces fui promovida a directora, lo que significa mucho trabajo administrativo.
—Si, lista para la fiesta en casa de los Kavanagh. —mamá se ajusta el bolso en el hombro—. La fiesta de cumpleaños de tu tía Leila.
Oh.
Cierto, Liam mencionó algo en su última carta sobre querer disculparse con sus padres por la forma en que actuó cuando era un adolescente.
Papá cruza el pasillo detrás de ella llevando bolsas de fritura en los brazos.
—¡Todo listo! Ya podemos irnos. —me mira con una gran sonrisa que le arruga los bordes de los ojos—. Justo a tiempo, pequeña.
—Si. —señalo sus brazos ocupados con las enormes bolsas de nachos—. ¿Necesitas una mano con eso?
Él niega inmediatamente.
—No, puedo con esto. Pero si quieres llevar para ti, quedó una bolsa en la cocina.
¿Para mí? ¿No está llevando él para todos? Mamá pone los ojos en blanco y sale detrás de papá. Yo los sigo, cerrando la puerta cuando salgo.
Papá y mamá suben adelante y yo atrás, frunciendo las cejas inmediatamente hacia el lugar vacío a mi lado.
—¿Y Marcie?
Escucho a papá gruñir.
—Tu hermana viene con Jamie y Phoebe, y el maldito roba hijas de Reynolds. —gira sobre el asiento para mirarme—. Eres la única que me queda.
Le dedico una pequeña sonrisa. Quisiera decir que me molesta que mi gemela hiciera esto, pero en realidad no porque está viviendo su vida y es feliz.
No sé qué pasará conmigo y Liam, pero espero ser tan feliz como mi hermana. Estiro la mano y la apoyo en el hombro de mi padre.
—De todas formas soy tu hija favorita, ¿Verdad? Solo me necesitas a mi.
Su mirada se suaviza como sabía que lo haría porque es el mejor hombre que conozco.
—Por supuesto que sí, pequeña. —vuelve la vista al frente—. Eres la única a la que dejaría comer de mis nachos.
Mamá inmediatamente gira la cabeza para mirarlo de esa forma en que él se retuerce en su asiento.
—Tú también, mamita, ya lo sabes.
Contengo una risita mientras papá conduce hasta Bellevue, a la casa de los Kavanagh. Es un bonito residencial que conozco perfectamente de los días en que hacía de niñera para los Kavanagh.
Papá estaciona sobre la calle y baja, llevando de nuevo las bolsas de fritura con él y haciendo que mamá parezca muy molesta. Cuando ella toca el timbre, se gira para mirarlo.
—Nene, espero que hayas traído el regalo de Leila, estaba en la encimera junto a la fritura.
—Ay, mierda. —susurra papá.
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Nosotros (Mío #5)
FanficQuinto libro de la serie Mío. Aquí encontrarás las historias de los hijos de nuestros policías favoritos.