Estoy tan emocionado de estar de vuelta que apenas puedo esperar a que mi transporte llegue por mi, y miro una y otra vez por la puerta de salida del aeropuerto hasta que una camioneta se detiene y reconozco a mi mejor amiga.
—¡Si! —tiro de la manija y subo al asiento del copiloto, apretujando mi mochila entre mis piernas—. Gracias por venir por mi.
Phoebe frunce las cejas, pero luego las levanta de sorpresa y puedo decir ya que extrañé todas sus ruidosas opiniones.
—Es bueno verte de nuevo, Li. Pero, ¿No es muy pronto para que estés aquí? Estoy segura de que apenas va a ser un año desde que te fuiste.
Un año.
Un escalofrío me recorre la espalda y los brazos porque no me siento como ese chico, resentido y enojado porque las cosas no estaban saliendo como lo planeaba. Maldición, estar ahí afuera con un montón de tipos gritones y exigentes me hizo extrañar a mi familia.
—Terminé el entrenamiento básico y algunos cursos, pero todavía necesito hacer una carrera universitaria para convertirme en oficial de la fuerza aérea.
—¿Si? —sus cejas siguen arriba y comienza a ser molesto—. Bueno, eso suena bien, ¿Verdad? Volviste para ir a la universidad.
No, volví para ver a Maddie.
Espero hasta que Phoebe pone el auto en marcha para seguir hablando o nunca me llevará a dónde quiero ir.
—Estoy haciendo una licenciatura en línea, pero tengo otros planes mientras tanto.
Mi amiga sonríe y conduce, pero la interrumpo para pedirle que me lleve a una dirección específica porque tengo algo qué hacer primero.
—¿Le dijiste a alguien que venía de regreso?
—No. —me mira brevemente y continúa conduciendo—. Aunque casi le digo a Jamie, es tan difícil ocultarle cosas cuando me mira con esa actitud mandona que tiene.
Una pequeña sonrisa tira de mis labios porque la conozco, incluso si no la mirara, ella estaría soltando la verdad porque estamos hablando de Jamie Sawyer. El chico podría pedirle que cante ópera y Phoebe correría a inscribirse a algún curso para principiantes.
Phoebe debe sentir la burla dibujada en mi cara porque pone los ojos en blanco.
—Dije casi, Li. Aunque él ya sospecha suficiente de ustedes, pero te juro que es culpa de Marcie.
Arqueo una ceja en respuesta y me pregunto si Maddie le dijo a su hermana sobre nuestras cartas. Tal vez lo hizo al inicio cuando las cosas eran todavía amistosas, pero cuando la conversación se movió hacia un coqueteo inocente y ella no lo detuvo, se encendió un interruptor.
E hicimos promesas importantes.
Phoebe estaciona en la acera y mira los negocios de la calle, tratando de localizar el correcto. Cuando lo hace, sus expresivas cejas vuelven a volar en su frente.
—Por Dios, Liam. Dime que venimos a comprar un obsequio para tu mamá.
—No. —es lo único que alcanzo a decir—. Vamos.
Bajo de su camioneta y espero a que ella lo haga, quedándose parada en la acera frente a la joyería con una expresión de incredulidad.
—Phoebe, andando. Ese anillo no se va a comprar solo.
Se detiene a mi lado y por primera vez me mira. Mi uniforme, las insignias, mi estatura y la ligera barba que me dejé para parecer mayor.
—Creciste. Ahora te ves como un hombre adulto.
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Nosotros (Mío #5)
FanfictionQuinto libro de la serie Mío. Aquí encontrarás las historias de los hijos de nuestros policías favoritos.