¿Entonces, tu casa está al oeste de Terian?Harry asintió, con la vista fija en el suelo lodoso para no tropezar. Llevaban horas caminando por el bosque, sus manos y pies comenzaban a entumecerse ante la cantidad de humedad y viento frio que atravesaba el sector. Los árboles se alzaban ante ellos, creando una especie de muralla con olor a menta, tapando la poca luz que atravesaba las nubes. Astrid jadeó, se notaba que jamás había caminado tanto como ahora.
—Vaya, ese lugar es casi de ensueño. Todas las casas tienen un trozo de bosque para sí solas... Es una villa...
—Lo era. —respondió Harry en voz baja.
Astrid cerró la boca al verse interrumpida y miró el perfil agotado de Harry. El chico no había apartado los ojos del suelo desde que consiguieron salir de la avenida roja, tampoco propuso tomar un descanso hacía varias horas y su tobillo comenzaba a doler. No dejaba de cojear por cada paso que daban. Astrid puso los labios en una línea y lo detuvo por el pecho.
Harry frunció el ceño.
—¿Y si descansamos?
—No puedo.
—Harry, tu pie está...
—No puedo. —interrumpió, volviendo a avanzar a pesar de la insistencia de ella. Sabía que su rostro era de un profundo dolor y cansancio, pero, aun así, se negaba a descansar otra hora. Astrid se cruzó de brazos y golpeó el suelo con su pie repetidas veces. Harry suspiró, agotado. —. Tu misma viste como me buscan. Necesito esconderme antes que los doctores del manicomio me encuentren. Necesito llegar a mi casa para estar a salvo.
Cuando lo dijo, su lengua se notó adormecida y amarga. Ahora, esa palabra que había sido tan real y sincera se sentía como un castigo. Un sueño que se le fue vendido por iluso. Miró fijamente a Astrid con el rostro al borde de mostrarse suplicante. Ella chasqueó la lengua, y sin decir más, se sentó en un tronco derribado mientras subía un pie a su pierna y lo masajeaba. Su actitud era como el de una niña amurrada, pero era necesario descansar después de cruzar todo el bosque. Harry al ver que realmente estaba cansada se sentó a su lado, manteniendo otra vez la vista en el suelo lleno de hojas mojadas.
—Deberías volver al burdel, esto es muy peligroso para ti. —dijo con calma, juntando más sus piernas—. No estás segura conmigo.
Astrid bufó.
—Si vuelvo me atraparán también ¿Olvidas que te ayudé a huir y maté a alguien? Además, con que me dejes hacerte compañía, es una paga suficiente.
Quiso sonreír, pero sus labios permanecieron tensos.
—No debiste hacerlo. —sintió la mano de Astrid acariciar su espalda. Harry giró la cabeza, exponiendo su semblante preocupado y cansado. Astrid dejó de darle consuelo y rio divertida.
—Si tuve que hacerlo. Fuiste mi oportunidad para dejar de arrodillarme por un par de monedas. Dime, ¿Quién no querría escapar de la sumisión? —No dijo ninguna palabra, Astrid le pellizcó la mejilla —¿Ves? No lo hice porque me caes bien, más bien, porque fuiste una salida. —Al percibir su tono burlesco, Harry sonrió, sin embargo, no siguió la broma. Lo que había ocurrido en el burdel había sido una pesadilla de la cual tuvieron suerte al salir con vida.
Una vida que les duraría poco si seguían tomando descansos.
Astrid suspiró a su lado, como si hubiera esperado mucho por decir algo. Harry volvió a mirarla, atento. Ella jugaba con su vestido.
—Harry ... ¿Por qué te buscan con tanta urgencia?
Se enderezó y pestañeó más de lo normal ante la pregunta. Su piel rápidamente palideció.
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Mariposa (ls)
FantasiaCuando el príncipe Harry huye de Ribëia con Louis, su vida se torna oscura y despiadada. Creyendo que afuera encontraría libertad, la vida le muestra su cara más dura y las pesadillas que intentó dejar en aquel castillo regresan con más fuerza. Har...