Mariposa (ls)

XLIV: Piedad

Apenas el sol dio atisbos de querer dejar de esconderse tras las nubes, Louis salió de la cueva tras la cascada en donde se escondía con el grupo. Derrick y Einar lograron escapar del castillo sin que nadie los viera o preguntase a dónde se dirigían con tantas armas sobre ellos.

Después de reunirse en ese mismo lugar, todos caminaron por el bosque y escabulleron en arbustos frondosos y escarchados para no ser vistos, mientras que el bullicio del pueblo se hacía presente. Louis notaba su corazón latir más rápido por cada paso que daba en dirección a las anchas calles de granilla y polvo, a las carretas y violines. La música se podía percibir desde donde estaban, elegante.

Nadie tenía certeza de que Harry estuviera ahí, pero no se arriesgarían a volver y entrar al castillo para averiguarlo. El plan estaba hecho, se intercalarían y esconderían en cada tienda mientras veían el fabuloso carnaval que Erik ordenó hacer para la primera nevada, bastante original, pensó Louis.

Las aves los acompañaban con sutiles cantos mientras que los pies de Louis se hundían en el lodo provocado por la nieve y, su ojo blanco lucía más albino que de costumbre. Astrid de vez en cuando lo observaba, sorprendiéndose como la primera vez de aquella deformidad tan extraña. Se sentía mucho mejor que antes, el poder dormir, aunque fuera con frio, consiguió traerle de vuelta la energía que había perdido. Miró al frente cuando llegaron a la salida del bosque, deteniéndose poco a poco cuando Louis alzó su mano para indicar que no caminaran. La plaza quedaba a unas cuantas calles, pero no podrían llegar a él sin ser vistos por los soldados que aún rondaban por las calles.

Todos sabían que buscaban a Louis otra vez, Derrick y Einar avisaron de esto apenas llegaron a la cascada, diciendo que ahora más que nunca debían mantenerse bajo perfil para no arruinar la emboscada.

—Tendremos que usar alguna diligencia para llegar a la plaza sin levantar sospechas. —anunció Louis, limpiando su nariz rojiza por el frio. Niall asintió lentamente —. Alguno de nosotros tendrá que robar una.

—No sé por qué no me sorprende que lo digas—respondió Niall, frotando sus manos frenéticamente una contra otra para calentarlas. Louis no cambió su semblante escrutador —. Que vayan esos gemelos, a ellos no los buscan.

Louis alzó una ceja y miró a los guardias, Derrick se encogió de hombros.

—Tiene razón —dijo, sacando algunas pistolas para lucir más casual —. Además, llevo el uniforme real, no me dirán nada.

—¿Estás seguro?

—Si, Louis, seremos rápidos.

Louis tensó sus labios en una fina línea y asintió. No les quedaba de otra más que ceder y confiar en los nuevos chicos. Tomó una pistola y la escondió en la pretina de su pantalón, el metal frio le escoció la piel caliente, pero disimuló el malestar con una mueca. Derrick pasó por su lado junto a Einar y ambos hermanos se perdieron entre los pocos árboles que rodeaban la calle para ir en busca de una diligencia. Mientras tanto, Louis se acuclilló en el suelo, sin apartar la mirada de en frente por si a alguien se le antojaba ir hacia ellos.

Astrid suspiró, veía el miedo en sus finas facciones, como su mandíbula se tensaba cada vez que tragaba y como las líneas de expresión se hacían presentes con mayor fuerza. Todos tenían demasiado miedo como para abrir la boca, pero alguien debía darle ánimo y esperanza a aquel chico de que sí salvarían a Harry.

Se movió hacía el frente y acuclilló a su lado, Louis le envió una mirada fría de soslayo, sorbió por la nariz y miró a otra parte. Ella carraspeó para hablar, intentando ignorar la molestia de su rostro.

Encontraremos a Harry —acotó con calma. Louis asintió, arrugando la nariz.

—Lo sé.

—Él está bien, es fuerte, no creo que Erik lo lastime más si su plan es mostrarlo al pueblo. — Louis tragó grueso, su cuerpo comenzó a ponerse más rígido que una piedra ante la irreal imagen que se plantó en su cabeza de Harry siendo fusilado frente a miles de personas. Astrid le palmeó con cuidado el hombro —Lo amas, eso es más que suficiente para ganar.