Después de grabar el vídeo, las chicas se fueron a sus respectivos compromisos del día: Abby tuvo que terminar una presentación para una de sus clases, Iris fue junto con sus padres a un viaje exprés en carretera, y Rosette tuvo otra de sus famosas citas.
Durante el resto de la mañana, estoy solitaria; en mi hogar. Me siento como Rapunzel, en la película de Enredados: estoy en todas partes, haciendo cualquier actividad con tal de no pensar en el concurso y obviamente, evitar a toda costa visitar el sitio web. "Es para tu salud mental y para no compararte con los demás", me digo en voz alta. Eso siempre me lo dice Iris cuando le digo que quiero volver a abrir mis redes sociales. Ella siempre fue partidaria de que son todo menos saludables. Y tiene razón, o al menos es lo que cree mi madre también.
Reviso mi teléfono para ver si tengo algún mensaje de mis padres. Alguna llamada. O señal, en general.
No saques la comida del horno hasta que suene el temporizador.
Ese mensaje es de mamá. "Al menos un te amo también hubiera estado bien", pienso. De todas formas, ya debería de estar acostumbrada a la personalidad de mi madre. Como todos, tiene sus días malos. El detalle está en que nunca lo expresa verbalmente, entonces es como si caminara en cáscaras de huevo todo el tiempo. "Ya, deja de pensar en eso y mejor haz otra cosa para distraerte", pienso.
Miro mi teléfono y veo la hora; diez de la mañana. "Puedo ir a Gia's Coffee y platicar con Gio, o simplemente leer", digo. Ya está; tengo el plan perfecto para ya no enfocarme en el concurso. Me dirijo a mi habitación, tomo una mochila pequeña junto con un libro y mis pertenencias personales, y salgo del departamento.
Al estar en la calle, decido escuchar música mientras llego al café. Me pongo mis audífonos y busco en la biblioteca de mi teléfono. "Mmm, no quiero escuchar a UP! en este momento", pienso. Si lo hago, me recordará al concurso y no me lo podré sacar de la cabeza. Lo medito unos segundos, y elijo finalmente escuchar a Etta James, una de mis cantantes favoritas.
Hora de un tiempo para mí.
***************************************************
Ji-Hu
Desde que King Entertainment lanzó el concurso, todos en la empresa han estado hablando sobre las audiciones de los aspirantes. Incluso, vi en primera persona cómo Keyla veía los vídeos en su hora de comida.
La banda ha querido entrar al sitio web para ver las audiciones, pero como bien dijo El Grande: "Está estrictamente prohibido ingresar a la página del concurso". Yo puedo decir por mi parte que he cumplido a esa regla; no sé si los demás sigan mi ejemplo.
Luego del ensayo matutino de hoy, fui a mi habitación para tomar un baño rápido y luego ir a comer algo a la cafetería. Ahí, me encuentro con los chicos frente a una computadora, y con el rostro lleno de tentación. Esto me huele mal.
–¿Qué hacen con la computadora?– pregunto cauteloso.
–Estamos a punto de entrar al sitio del concurso– susurra Zaid en respuesta. Él está a punto de presionar Enter, cuando cierro la laptop de un golpe, y presiono los dedos de Zaid en consecuencia.
Él chilla de dolor. –¿¡Por qué hiciste eso!?– pregunta con un hilo de voz y lagrimitas en los ojos. "Qué payaso", pienso.
Zaid se tira al suelo, mientras acaricia su mano aplastada. –Mira, la mayoría quiere ver las audiciones. Son tres contra uno– me dice Akil, luego de sentarme de manera forzada en la silla de Zaid.
Él sigue en el suelo.
–¿Sí recuerdan lo que dijo El Grande? Está estrictamente prohibido que nosotros veamos los vídeos– les recuerdo.
ESTÁS LEYENDO
¡Estoy en la Banda!
RomanceParis Díaz es la hija perfecta, según sus padres: excelentes calificaciones, las mejores recomendaciones por parte de sus maestros y una alumna ejemplar. Sin embargo, ese sueño no es suyo. Y siente que se le acaba el tiempo para poder lograr lo que...