Ji-Hu
El primer piso de la compañía está inundado con decoraciones doradas y negras, que me recuerdan a una fiesta de graduación. Están presentes todos los empleados, junto con un invitado; vestidos de gala y de acuerdo al evento.
El evento también está lleno de cámaras, reporteros y equipo de audio para televisoras. Keyla nos había informado anteriormente que la ocasión sería dada para este tipo de servicios, pero siendo honesto, no me esperaba ver tantos empleados de tantas televisoras. "Yo sólo conozco tres de ellas", pienso.
Como era de esperarse, cada uno de los chicos invitó a una de las modelos de lista A (o para el público común, las modelos más cotizadas del momento). Todos, excepto Oliver. Durante el día, le pregunté si traería a alguien como parte de su invitación doble, y recibí la misma respuesta de siempre.
–No tengo a nadie a quien invitar.
–Pues hay una lista del tamaño de una enciclopedia con muchas opciones– le respondo. –Eso fue lo que hicieron los demás.
Él sólo se limita a rascarse la nuca y no quise comentar más.
La noche ya comienza a oler a champaña, aperitivos gourmet y a multitud. Hay mesas altas sin sillas, para que los invitados sólo estén parados alrededor de ellas y puedan dejar descansar sus bebidas ahí. Hay una que otra silla, pero se ven tan incómodas que estoy seguro que los asistentes prefieren quedarse con el dolor en los talones. Se acerca una mesera a ofrecerme una copa de champaña, pero la rechazo. Quiero aguardar el momento estelar de la noche para beber el elixir de la elegancia.
–¡Wow! Qué bien se te ve tu traje, Ji– saluda un Zaid emocionado, junto con una modelo a su lado.
–Ya te dije que no me dijeras así.
Él se ríe, sin nada de gracia. –Te quiero presentar a mi invitada.
–Ya nos conocemos– dice ella.
Yo frunzo el ceño. "En mi vida la había visto", pienso.
–¿Ah sí?– pregunta Zaid mirándonos a ambos con curiosidad.
–Perdón, pero no recuerdo habernos conocido antes. ¿Podrías refrescar mi memoria?
Es entonces que ella se acerca peligrosamente a mí, con una mirada traviesa; en sus ojos se ve una flama de paulatina lujuria. Instintivamente, doy un paso hacia atrás. Antes de poder apartarme por completo, me da un fugaz beso en mi mejilla.
–¡Hey!– Zaid se queja.
–¿Recuerdas ahora?– susurra ella.
"¿Qué piensa que voy a recordar con ese gesto?".
Niego con la cabeza. –Bueno, no recuerda nada. Ahora vámonos– dice Zaid un poco apurado y se retira junto con su invitada, no sin antes lanzarme unos ojos como balas.
Akil luego se acerca junto con Oliver. –¿Y tu pareja?– pregunto.
–Fue al sanitario. A que no adivinas a quién invité– contesta emocionado.
Elevo mis hombros. –Si no me das pistas, no puedo asumir quién será.
–Emily Rossé. La modelo con la cual te quería emparejar El Grande– susurra.
–¿En serio serías pareja de Emily Rossé?– pregunta Oliver emocionado.
–¿Por qué no saliste con ella? ¿Acaso no es tan sensual como la pintan las revistas?– Akil parece divertirse con esta situación.
–Me niego a responder esas preguntas estúpidas.
–¡Ah, vamos!– Akil me abraza por el hombro y me da unas palmadas en el hombro.
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¡Estoy en la Banda!
RomanceParis Díaz es la hija perfecta, según sus padres: excelentes calificaciones, las mejores recomendaciones por parte de sus maestros y una alumna ejemplar. Sin embargo, ese sueño no es suyo. Y siente que se le acaba el tiempo para poder lograr lo que...