Ji-Hu
–¿Y bien?– vuelvo a preguntar.
Estoy ebrio; ya ni sé lo que digo, pero de algo sí estoy seguro: desde que vi a Paris por primera vez, no he podido quitarme las ganas de besarla.
–N-no– tartamudea.
–¿Cómo? ¿Qué dijiste?
Paris se aclara la garganta. –Dije que no.
Le aplaudo lentamente, aunque me muero de ganas de no hacerlo. Una parte de mí esperaba esa respuesta, pero la otra mitad deseaba que contestara positivamente. "¿A quién quiero engañar? ¡Ella tiene novio, por el amor de Dios!", me dije a mí mismo en mi mente. Aunque, técnicamente, yo soy su novio oficial...
–¿Segura?– me atrevo a preguntar.
Ella se ríe. –¡Claro que estoy segura! No te voy a besar.
–¿Por qué?
–Porque eso es parte del ejercicio– responde escuetamente.
–No, quiero saber la verdadera razón por la cual no quieres besarme– insisto, y me acerco más a la mesa.
Paris también lo hace. –¿Quieres saber por qué?– me pregunta en susurros.
–Me muero por saberlo– y aquí me doy cuenta que en verdad estoy borracho.
Ella se acerca aún más, y siento mis mejillas arder por los nervios. "¿Qué rayos me pasa?", pienso.
–Yo no beso a la gente que me detesta– contesta finalmente, y se aleja de la mesa.
–Yo no te detesto.
Se ríe sarcásticamente. ¿Está borracha también? –Deja de fingir conmigo; ya estamos a solas. Puedes insultarme y tratarme cómo te plazca; nadie me va a defender.
–¿Y tú? ¿No te vas a defender a ti misma?
Ella suspira pesadamente, y parece que va a llorar. –Ya me cansé de estar intentando caerte bien, para ser honesta. Bien dicen que no conozcas a tus ídolos– y toma un trago grande de su copa.
La miro confundido. –¿Tan mal me he portado contigo?– pregunto débilmente.
Paris me mira fijamente. –¿No recuerdas la conversación que tuviste en tu habitación cuando llegamos?
–¿Cuál conversación?
–¡No finjas demencia, Ji-Hu!– exclama molesta, y golpea la mesa.
Me sobresalto. –No sé de qué estás hablando, Paris.
–¡Yo te escuché hablar en el teléfono con alguno de los chicos!
Y es ahí cuando recuerdo de qué conversación está hablando...
***************************************************
9 horas antes
–No podrá ser parte de esto, y ustedes lo saben.
–¿A qué te refieres? Sólo es cuestión de tiempo y aprenderá– contesta Akil desde la otra línea.
–Nosotros tardamos años en aprender. ¿Qué te hace pensar que ella lo logrará en meses?– replico, intentando bajar la voz.
–Típico que subestimes a los demás, ¿por qué no me sorprende?– escucho decir a Zaid.
–Yo les recomiendo bajar la voz o dejar de hablar, que nos puede escuchar– Oliver por fin dice una palabra.
–Estamos por teléfono, no nos va a oír– responde Akil.
–No me importa que nos escuche. Las personas serán crueles con ella; es incluso un acto de misericordia– digo.
ESTÁS LEYENDO
¡Estoy en la Banda!
RomanceParis Díaz es la hija perfecta, según sus padres: excelentes calificaciones, las mejores recomendaciones por parte de sus maestros y una alumna ejemplar. Sin embargo, ese sueño no es suyo. Y siente que se le acaba el tiempo para poder lograr lo que...