Capítulo 45: El Globo de Nieve

4 1 0
                                    

Paris

–¿Y no saben dónde puede estar?– pregunta Oliver.

Keyla tiene una expresión de angustia. –No. Ninguno de nosotros lo ha podido localizar.

–¿En su casa?– pregunta Zaid.

La mano derecha de El Grande niega con la cabeza. –Hicimos una lista de los lugares que normalmente frecuenta, y ya tenemos a un equipo de personas para localizarlo. Sólo quise venir a avisarles sobre la situación, con permiso– responde Keyla, y se retira a paso apresurado.

La visita a Roby y la fiesta que estábamos planeando, son planes que tendrán que ser pospuestos. "¿Dónde está El Grande?", pienso.

–¿Ustedes dónde creen que puede estar?– pregunto.

Todos se encogen de hombros. –A pesar de que es nuestro jefe, es muy reservado– contesta Akil.

Y en eso, se me prende el foco. –¿Y si vamos a su oficina?

–¿Para qué?– pregunta Ji-Hu.

–Pues para ver si hay alguna pista de su paradero– respondo con obviedad.

–Lo más seguro es que estará cerrada con llave o bien, ya haya gente investigando– comenta Akil, pensativo.

–Pues igual lo podemos intentar; se lo debemos a El Grande– digo.

Esto último parece convencer a los demás, porque todos nos dirigimos al elevador, para ir a la oficina de nuestro jefe. En el trayecto nadie dice ni una sola palabra, pero se nota que todos están preocupados. Yo no lo conozco tanto como ellos, y es por eso que sé que El Grande es apreciado en su propia empresa.

Pero si conozco a alguien que ha convivido mucho tiempo con él.

Mientras los demás se dirigen a la oficina de El Grande, yo me encamino a la de Keyla; esperando a que esté ahí para hablar con ella. Cuando llego, toco la puerta, deseando con todas mis fuerzas que esté ahí dentro.

–Pase– contesta ella.

Entro a la oficina, y cierro la puerta tras de mí. –Keyla, me gustaría hablar contigo.

Ella deja de ponerle atención a su computadora. –Claro que sí. Toma asiento, por favor.

–Quiero preguntarte sobre El Grande...– comienzo a decir, mientras me siento en frente de ella.

Keyla suspira pesadamente. –No tengo ninguna información sobre él hasta ahora. Y al parecer, salió solo del edificio.

–¿Y no se ha estado comportando como... raro?

Ella se pone a pensar. –Pues... yo lo he visto como distraído: en las juntas que hemos tenido para lo de su concierto, él se ha visto distante; como si su mente estuviera en otra parte.

Asiento en respuesta. –¿Y si se fue con su familia? ¿O con algún amigo? ¿O su esposa?

Keyla niega con la cabeza. –Maximus no tiene esposa. Y no es de muchos amigos, actualmente.

–¿Maximus?

–Oh, sí. Se me olvidaba que ustedes lo conocen como El Grande– responde ella.

–¿Qué me puedes contar sobre él? Cualquier cosa que sea, puede ayudarnos a encontrarlo.

–No se preocupen por eso. Ese es mi trabajo– dice en modo tranquilizante.

–Nosotros también queremos ayudar– contesto, intentando convencerla.

Y rinde frutos. –Lo único que tengo permitido contar es que, El Grande tiene una hija.

–¿En serio? ¡Pues entonces, está con ella! No hay nada de qué preocuparnos.

¡Estoy en la Banda!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora