Diciembre de 1999
El invierno ya estaba haciendo estragos en la enorme ciudad de Nueva York; la niebla no dejaba ver ni los edificios más pequeños, y la nieve sólo entorpecía el tráfico. Atorado en este camino, está Maximus Rymer.
–Pero sí llegarás para la cena, ¿verdad?– le pregunta Alisson, su única hija.
–Claro que sí, mi cielo. Sólo que llegaré un poco tarde.
–Bueno, entonces no te entretengo más. ¡Aquí te espero, papá!– se despide Alisson, y cuelga el teléfono de su hogar.
Maximus había criado a su hija por su cuenta, desde que Alisson tenía cinco años y su madre huyó, abandonándolos por un amante nuevo. Maximus no quiso reclamarle nada, ya que el amor por su hija podía más que su orgullo, y así, la ha mantenido todos estos años. Alisson, que pronto cumpliría veintiún años, está nerviosa por la cena de hoy.
Hoy es el día en que le confesará a Maximus que está enamorada, y que quiere irse a vivir con su novio.
Alisson alista los últimos detalles de la cena, cuando suena el teléfono del hogar.
–¿Bueno?– atiende la llamada.
–Hola, mi amor. ¿Cómo estás?– pregunta una voz masculina.
–¡Muy bien! ¿Y tú? ¿Cómo te fue en el trabajo?
–No hablemos de mí, sino de ti. ¿Ya tienes lista la cena para tu padre?– le pregunta aquel hombre a través del teléfono.
–Ya todo está listo; sólo falta que mi papá llegue y comenzamos a cenar.
–¿Y estás preparada para decirle nuestros planes?– pregunta con insistencia el novio de Alisson.
–Claro que sí, mi amor. Hoy es el día en que va a tener que aceptar mi decisión. Nadie nos va a separar– le responde ella con mucho cariño y esperanza.
–Perfecto. Quiero que me mantengas al tanto. En cuanto termines de hablar con él, me llamas.
–Por supuesto. ¡Deséame suerte, amor!– exclama Alisson.
Su novio se despide, y ella cuelga el teléfono con un suspiro enamorado. Después de unos minutos, Maximus llega a su hogar. Saluda inmediatamente a su hija, y le agradece el haber preparado la cena ella misma.
–Siéntate papá, yo te sirvo– dice ella mientras se pone un delantal.
–Muchas gracias, mi cielo– le contesta Maximus al sentarse.
La chica de veinte años se dispone a servirle la cena a su padre, la cual consiste de pastel de carne con gravy, macarrones con queso y brócoli. Alisson sabe que a su padre le gusta comer balanceado, por lo que siempre cuida las porciones y lo que cocina.
Al terminar de servirle a su papá, Alisson se sirve comida en su plato y se dirige a sentarse en frente de Maximus. Este come sin esperar, ya que el tráfico de la ciudad lo ha agotado mental y físicamente, junto con su trabajo como oficinista.
–Papá, esta cena es especial... ¿sabes por qué?
Maximus voltea a ver a su hija. –¿Por qué, cielo? Sé que tu cumpleaños es mañana...
–Sí, así es.– dice ella, riendo. –Esta cena es importante porque... hay algo de lo que quiero hablarte.
–Oh, okay. Te escucho, cielo.
Alisson traga saliva, nerviosa. –Bueno,– se aclara la garganta. –no te he querido contar de esto porque sé cómo ibas a reaccionar, pero teniendo en cuenta que ya mañana soy mayor de edad...
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¡Estoy en la Banda!
RomanceParis Díaz es la hija perfecta, según sus padres: excelentes calificaciones, las mejores recomendaciones por parte de sus maestros y una alumna ejemplar. Sin embargo, ese sueño no es suyo. Y siente que se le acaba el tiempo para poder lograr lo que...