Capítulo 30: La Bomba Atómica

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Ji-Hu

Paris no ha regresado al edificio, por lo que me había explicado Akil hace una hora:

–¿Y Paris? Tengo que hablar con ella– dije alarmado.

–Ahora no nos quiere ver a ninguno de nosotros– Akil suspira.

–¿Qué sucede?

–No le vayas a decir a nadie pero, – susurró. –Paris está fuera del edificio.

–¡¿Qué?! ¡¿Por qué dejaste que saliera?! ¡Sabes que eso está prohibido!– respondí en susurros.

–Entiéndela Ji, no te quiere ver. Si quieres que la situación mejore, tienes que darle su espacio.

Exhalé pesadamente. Era urgente para mí que escuchara mi versión; ¡esto no estaba en mis planes!

Pero, desde ese momento, me puse a pensar: ¿por qué me importa tanto lo que piense ella de mí?

–Ji, necesitamos hablar todos– la voz de Oliver me saca de mis pensamientos.

Camino detrás y me les uno a los demás en la sala de estar de nuestro piso. Todos están parados, menos yo. Presiento que esto será una intervención para mí.

–Bien, ya podemos iniciar– anuncia Akil.

–¿Qué es todo esto?– pregunto confundido, mientras me cruzo de brazos.

Akil suspira. –Tenemos que hablar sobre lo que sucede con Paris.

–Fue tu idea, ¿no es cierto?– me pregunta Zaid, visiblemente molesto.

–¿Qué? ¡Por supuesto que no! Yo soy el que menos quiere convivir con ella, se los aseguro– contesto, y me pongo de pie.

–Eso no te ayuda mucho, Ji– suelta Oliver apenado, rascándose la nuca.

Los miro incrédulo. –¡Es la verdad! Yo nunca estuve de acuerdo en que se uniera a la banda; ¿la han visto en las clases? ¡Obviamente no estamos en el mismo nivel!

–Y por eso la obligas a iniciar una relación contigo, ¿verdad? Para molestarla– escupe Zaid.

–A ti te fascina echarme en cara todo, ¿no es cierto?– le contesto, a punto de estallar.

Él se me acerca peligrosamente, pero Akil y Oliver nos detienen. –¡¿Qué les pasa?! ¡Se están comportando como estúpidos!– grita Akil, enojado.

–Esta conversación no es para discutir– añade Oliver.

–¡Ah, ya sé! Es para soltarme reclamos sin fundamento, ¿verdad?– exclamo sarcástico.

–Ya cállate– dice Zaid.

–¿Por qué les importa tanto esa chica, eh? ¿Acaso se la quieren ligar? ¿Por eso están tan desesperados en hacerse los héroes con ella?– pregunto, en visible estado de cólera.

Y en eso, siento una bofetada en mi mejilla, que casi me vuelve a tumbar en el sillón. Me giro para ver quién fue el autor, y me sorprendo al saber que es Akil.

–Que la tratemos como un ser humano no es actuar como héroe, es actuar como persona y compañero– dice muy firme.

–Ella no se merece ese lugar que está ocupando, y ustedes lo saben.

Zaid pone los ojos en blanco. –Tú y tu meritocracia. Ella ganó, ¡tan tan! Se acabó. Te guste o no, ya es parte de nosotros y debes empezar a comportarte como el líder que dices ser– suelta Zaid.

En eso, se abren las puertas del elevador, y la protagonista de esta plática, es la persona que sale del ascensor.

Todos se acercan con ella; se ve afligida.

¡Estoy en la Banda!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora