Capítulo 39: Corazón que Arde

5 1 0
                                    

Entre más pienso sobre la cita que tengo con Daniel, más me pongo nerviosa. Yo ya le avisé a los chicos que invitaría a mi novio a nuestra pequeña fiesta, pero ni siquiera sé si seguirá siendo mi pareja en cuanto le cuente toda la verdad.

Hace unos momentos tuvimos una comida muy callada. Sin Roby, la cocina no fue lo mismo. Su remplazo cocina bien, más que bien, pero en cuanto a plática... no dio muchas respuestas.

Zaid y yo quisimos integrarlo a nuestra conversación; para distraernos de pensar en nuestro amigo y en su estancia en el hospital, pero sólo nos contestó con monosílabos.

–¿Y tienes mucho tiempo siendo chef privado?– le preguntó Zaid.

–Sí– se limitó a contestar el cocinero.

Ji-Hu nos hizo una mueca donde nos indicó que no siguiéramos insistiendo, y que probablemente no quiera conversar con nosotros. Es por eso que ya no preguntamos ni intentamos platicar, ni siquiera entre nosotros mismos.

Ahora mismo, los chicos están en la sala de estar, conversando sobre el próximo concierto que tendremos y sobre qué setlist armarán. Yo, por mi parte, me encuentro encerrada en mi habitación, nerviosa e intentando calmar a mi cuerpo.

–¿Y qué piensas decirle, Paris? Tienes que pensar muy bien lo que le vayas a explicar porque si no, puede resultar en un error– me dice Abby al otro lado del teléfono.

Chasqueo la lengua. –Ya lo sé Abby, pero en serio no puedo calmarme. ¡Te llamé precisamente para que me ayudes a tranquilizarme!

–Pues sí, pero tampoco te voy a endulzar el oído. A ti te gusta que sea sincera contigo, ¿no?

–Por supuesto que sí, por eso somos amigas– digo.

–¡Ahí está! Tú me preguntaste qué opino, y yo te respondí con lo que en verdad pienso.

Alguien toca la puerta de mi habitación. –¡Pase!– exclamo al tapar la bocina del celular.

–Si quieres te llamo cuando termines ese asunto. ¡Te quiero! Y recuerda ser cien por ciento honesta con él– me dice Abby.

–Claro que sí, lo prometo. ¡Te quiero mucho!– me despido.

Al colgar la llamada, me giro para ver quién acaba de entrar a mi cuarto. Es Akil.

–Hola– me saluda.

–Hola, ¿todo bien?

–Sí, sólo quería saber cómo estás– contesta, mientras guarda sus manos en los bolsillos del pantalón.

Miro mi teléfono. –Acabo de hablar con Abby sobre lo de...

–Hoy le dirás a Daniel todo, ¿no es cierto?

Lo miro confundida. –¿Cómo lo sabes?

–Pues porque me habías contado tu plan sobre invitarlo a la fiesta. Sólo conecté los puntos.

Mi mirada se dirige a otro lado, y me siento en mi cama. Akil hace lo mismo, y se sienta a mi lado.

–Paris, lo que sea que quieras contarme, puedes hacerlo. Yo te considero como mi mejor amiga, y te aprecio.

Le sonrío. –Yo sé. Es sólo que... estoy muy confundida, Akil.

–¿Acerca de qué? ¿De Daniel?

Él me mira expectante. Yo asiento en respuesta. –¿Prometes no decirle a nadie lo que estoy a punto de contarte?

Akil asiente. –Lo digo en serio. NADA puede salir de esta conversación.

–Lo prometo.

–Ni siquiera a Ji-Hu– digo.

¡Estoy en la Banda!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora