Capítulo 34: Viaje con el Enemigo (Parte IV)

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Paris

El desayuno continuó sin mucho problema; nos tomaron las fotos y se cumplió el cometido inicial del equipo.

Pero lo sorprendente fue, que ni Ji-Hu ni yo tuvimos que fingir nuestras sonrisas. Nuestras risas y plática fue sincera, sin un atisbo de falsedad.

–¿Y ahora qué sigue?– pregunta Ji-Hu, al salir del restaurante.

–Les tomaremos fotos mientras caminan por las calles de París; obviamente necesitamos que se tomen de las manos– dice Marla, la mujer que finalmente nos dijo su nombre y que, al parecer, es la líder del equipo que nos mandó El Grande.

Marla es la jefa del departamento de marketing en King Enterteinment, y es la encargada de dirigir a los fotógrafos que El Grande contrató, además de dirigirnos en poses para que las fotos se vean lo más fieles posibles; tal como lo haría un paparazzi.

–¡Justo aquí! Ustedes caminen normal, hagan como si no estuviéramos aquí– exclama Marla, mientras se va corriendo hacia sus fotógrafos.

–Eso va a estar un poco complicado, ¿no crees, Paris?– me murmura Ji-Hu.

Yo me rio. –Pero no imposible.

Y justo antes de comenzar a caminar, Ji-Hu me toma de la mano y la sostiene firme. Con la mirada me invita a caminar junto con él, y acepto cuando le sigo el paso.

–Oye Paris, ya que ahora tenemos confianza, ¿puedo preguntarte algo?

–Claro, dime– respondo.

–¿El chico con el que habías hablado una vez por teléfono, es tu novio?

La pregunta me toma por sorpresa, pero los fotógrafos ya nos habían empezado a tomar las fotos, no quería que la sorpresa se mostrara en mi cara.

Intento disimular con una sonrisa. –Sí, es mi novio– contesto entre dientes.

–Tendrás que cortar relación con él, ¿lo sabes, no?

Lo miro con una sonrisa falsa. –¡Eso, chicos! ¡Sigan así!– grita Marla desde el otro lado de la calle.

Ji-Hu y yo seguimos caminando. –¿Por qué? Hasta donde sé, nuestra relación es falsa, ¿no?

–O-obvio. ¿Pero no te has puesto a pensar que se puede enterar de... esto?– pregunta él de nuevo.

Ahora me paro en seco, y me giro para verlo. –Ji-Hu, aunque aprecio tu consejo, o lo que haya sido, yo sé cómo manejar esa relación. Estoy enamorada de mi novio, mi novio real, y estoy siendo bastante cuidadosa.

–¡Paris, ¿qué haces?!– grita Marla.

Me vuelvo a girar en mi posición, y continúo caminando.

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Ji-Hu

Dijo que está enamorada. Está enamorada de su novio real. La verdadera pregunta es, ¿por qué me afectó su respuesta? No somos novios en verdad, tan sólo es una relación publicitaria. "¿Pero por qué quiero que sea lo contrario?", pienso.

Luego de la sesión de fotos, Marla nos dijo que podemos descansar y que fuéramos al hotel.

–El equipo les avisará cuando tengan algún otro plan que cumplir. ¡Nos vemos!– se despidió.

Ahora que estamos en el hotel, Paris está en su habitación y yo estoy en la mía. Estoy acostado en mi cama, viendo hacia el techo blanco que lo adorna un candelabro.

Estoy sumergido en mis pensamientos, y es un mar de preguntas sin sentido, como la que me hice hace rato. ¿Por qué me hirió tanto que Paris dijera que está enamorada de su novio? ¡Obviamente lo va a estar! ¡Es una relación consensuada! En cambio, la nuestra...

¡Estoy en la Banda!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora