Lunes 3 de octubre
Daniel
En cuanto Paris me comunicó la noticia de su decisión, un universo de preguntas se me vinieron a la mente. ¿Qué la orilló a tomarse un descanso? ¿Tuve algo que ver con su elección? ¿La agobié con tantas preguntas? Mi consuelo es que durante la llamada, no la noté molesta o incómoda conmigo, lo cual es bueno.
Acudí directamente con el Doctor Moore y le comuniqué el deseo de Paris de hablar con ambos, a lo cual batallé mucho en convencerlo para que se quedara en su oficina, ya que tenía juntas muy importantes a las cuales acudir. Aún así, me aseguró que la esperaría; Moore le tiene aprecio por ser la mejor residente del hospital
–Es lo mínimo que debo hacer. Paris es una estudiante ejemplar y la mejor dentro de este hospital– dijo Moore.
Después de asegurarle a Paris por mensaje que ambos estaremos aquí, llegó con un rostro preocupado; como si fuera una niña que hizo una travesura y están apunto de reprenderla.
Le dije al Doctor Moore con anterioridad que fingiera sorpresa de verla en su oficina, ya que no quise ser yo el que le diera la noticia al director del hospital Saint Joseph's.
Al recibirla, ambos nos ponemos de pie. –¡Paris, qué sorpresa! ¿Por qué no estás en el área de emergencias?– pregunta Moore, mientras busca rápido mi aprobación con la mirada.
Asiento disimuladamente. –Precisamente a eso vine, Doctor. –dice Paris y se gira para verme. –Gracias por estar aquí también– y me sonríe.
"Esa sonrisa...", pienso. Pero no debo desconcentrarme. Le devuelvo el gesto y Moore nos invita a sentarnos. –Bueno, supongo que es algo importante para que ambos estén aquí– inicia él.
–Así es, Doctor. Paris me pidió que estuviéramos los dos aquí presentes– añado.
Paris se ve un poco preocupada. –No quiero darle más vueltas al asunto, así que lo soltaré– escupe.
Moore la mira con expectativa, y yo también. "Tú puedes, Paris". –Debido a problemas que mi salud mental ha presentado, he decidido dejar por un tiempo la residencia en el hospital.
No puedo evitar mostrar mi sentir con la noticia. ¡La residencia era mi única excusa para verla! Veo de reojo al Doctor Moore y él sí está sorprendido.
–Oh Paris, ¿por qué no acudiste a nosotros por ayuda?– pregunta preocupado.
Paris suspira. –Porque no quería preocupar a nadie, y antes de tener algún bajón emocional, quise dejar mis pendientes resueltos. Y la residencia es uno de ellos.
–¿Acudiste con el colega que te recomendé?– me atrevo a preguntar, preocupado.
–S-sí. Me sugirió alejarme de situaciones que me produzcan estrés– responde escuetamente. Busco sus ojos, pero huyen de mi mirada.
"Qué raro".
Moore interrumpe mis pensamientos con un suspiro. –Pues ni hablar. Si es lo que te recomiendan los especialistas, adelante. Siento mucho que tu experiencia en la residencia haya causado estragos en tu salud– dice Moore, un poco afligido.
–No se preocupe. –se adelanta Paris. –Yo sabía a lo que me iba a enfrentar y creí que estaba preparada, pero creo que necesito un poco más de tiempo para asimilar mis experiencias.
Moore nos invita a ponernos de pie y a retirarnos. –Igual, ten la certeza que cuando quieras regresar, el hospital siempre tendrá las puertas abiertas para ti.
Paris le agradece. –Una alumna como tú no se puede desperdiciar– suelto mi primer pensamiento.
Ella nos agradece nuestras palabras con una sonrisa y anuncia que se retira. La veo caminar enseguida hacia los elevadores, pero en mis ojos se ve como si la escena fuera en cámara lenta. "No dejes de que vaya, no sin antes decirle", pienso. Esta puede ser la última vez que la vea, pero no quiero que sea así.
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¡Estoy en la Banda!
RomanceParis Díaz es la hija perfecta, según sus padres: excelentes calificaciones, las mejores recomendaciones por parte de sus maestros y una alumna ejemplar. Sin embargo, ese sueño no es suyo. Y siente que se le acaba el tiempo para poder lograr lo que...