Capítulo 36: Invitaciones Especiales

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Daniel se ha ofrecido a acompañarme a mi departamento, pero me negué por los nervios incontrolables que sigo sintiendo, después de que casi descubriera la mentira de Paris.

Inmediatamente cuando llegué a mi hogar, me enfoqué en mandarles un mensaje a las chicas por el grupo de WhatsApp, esperando que Paris también lo leyera:

"Chicas, ¿podrían venir a mi departamento, por favor? Necesitamos tener un video chat con Paris"

Todas me respondieron positivamente, y como era de esperarse, la única que no contestó fue mi mejor amiga. Pero no le di mucha importancia, porque sé que tarde o temprano Paris leería dicho mensaje.

En estos momentos, las chicas han llegado de sus respectivas responsabilidades y nos hemos reunido en mi sala de estar, la cual aún no tiene muchos muebles, pero es cómoda para nosotras tres.

–¿Qué sucedió? ¿Ocurrió otra vez lo de...?– comienza a preguntar Iris.

–¡No, no!– me apresuro en responder. –Para nada. Esto tiene que ver con... Paris.

–¿Has hablado con ella?– pregunta Rosette.

Niego con la cabeza. –Por desgracia, no. No he querido llamarla para no interrumpirla con lo que sea que esté haciendo, pero esto no puede esperar.

–Bueno, ¡ya dinos qué sucede, mujer!– exclama mi amiga ingeniera.

Agarro una bocanada de aire. –Hace rato, fui al departamento de Paris para dejarle un paquete.

–¿Volvió a poner tu dirección?– pregunta Iris, con diversión.

Asentí, y Rosette también se ríe. –Bueno, el punto es que fui a dejárselo a sus padres, y en el camino me encontré a...

Ambas se cubren la boca con su mano. –No me digas que su... –empieza a decir Iris.

Yo asiento en respuesta. –¡¿Daniel estaba ahí?!– grita Rosette.

Iris y yo la callamos. –Sí, por eso necesitamos hablar con Paris. ¡Este plan ya se fue demasiado lejos!

–Querrás decir mentira. Esta MENTIRA ya llegó demasiado lejos– dice Iris.

–Bueno, sí.

–¿Y el plan es marcarle a Paris? ¿No estará ocupada?– pregunta Rosette.

Yo me encojo de hombros. –¿Y si le hablamos a Paris y le explicamos que necesitamos tener esa videollamada?– sugiero.

Ambas se miran entre ellas. –¿Y estás segura de que contestará?– pregunta Iris.

–Eso espero– respondo.

Entonces, las tres nos juntamos frente a mi computadora y la abro. Tecleo en el buscador la aplicación para hacer video chats y la abro. Iris se encarga de llamar a Paris en su teléfono, y después de tres intentos, nuestra amiga atiende la llamada.

–¡Paris, cuánto tiempo!

Rosette y yo miramos a Iris. –Sí, exactamente te hablo por el mensaje de Abby.

Iris espera unos segundos, y luego dice: –¿Puedes en este momento?

Rosette y yo seguimos esperando la respuesta de Paris, y por la cara que hace Iris, sabemos que nuestra amiga puede estar en la video llamada ahora mismo. "¡Esto va como viento en popa!", pienso.

Iris se despide de Paris, y pone su teléfono en la mesa. –¡Listo! Justo ahora se va a conectar.

Celebramos entre las tres, mientras busco el contacto de Paris en la aplicación, y la llamo. Mientras atiende, la pantalla de mi computadora coloca nuestra imagen, activando la cámara. Después de unos segundos, aparece el rostro de Paris.

¡Estoy en la Banda!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora