29. Más gente

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Estoy enojada, muy enojada.

Planearon engañar al gobernador con que nos iremos de la prisión, que el ganó, pero en realidad no será así.

La mayoría se quedará para luchar, pero nosotros, los niños, nos enviaran lejos para estar a salvo.

Es una maldita idiotez, sin duda alguna porque somos suficientemente fuertes para pelear y acabar con la gente del gobernador.

Además, quiero ser yo quien lo mate en venganza de tío Merle.

Pero no, seguimos siendo niños y ellos deben de "protegernos".

Termino de guardar las cosas en una bolsa grande, lo tire todo en la bolsa y solo la cerré.

Daniel: Debemos de irnos —me levanto y tomo la bolsa —. ¿Necesitas ayuda?

Ellie: No —salgo de la celda.

Me harte de solo llorar cuando asesinan personas que quiero y no poder hacer nada.

Quiero ayudar, realmente quiero hacerlo, pero no puedo porque me tratan como una niña que no podrá con estas cosas.

Salgo del pabellón y camino al patio trasero, Daniel y Carl me siguen.

Ignoro que los demás nos vean preocupados por cómo hemos reaccionado porque no nos dejan ayudar.

Llegamos con Beth y metemos las bolsas al maletero del vehículo, camino de vuelta al pabellón.

Daryl: Ellie —intenta tomarme del brazo, pero lo aparta enseguida —. Ardilla.

No quiero hablar con él, sabe que quiero vengar a tío Merle y los dos lo podemos hacer, pero no quiere dejarme ayudarlo.

Daryl: Hey, basta —me toma del brazo, volteo a verlo molesta —. Tú no eres así, así que basta.

Ellie: ¿Cómo quieres que actúe, eh? —pregunto desafiandolo —. Sabes que puedo ayudar a matarlo, pero tú no me dejas.

Daryl: Esto es entre los…

Ellie: Me harte de que me trates como una niña, en este mundo ya no se puede ser un niño y sabes que nosotros podemos ayudarlos —digo molesta —. Pero no me dejas.

Papá me mira con seriedad y yo con enfado, ninguno de los dos aparta la mirada del otro.

Ni siquiera suelta mi brazo aunque no lo sujeta con fuerza.

Daryl: Sube al auto, jovencita —hago que suelte mi brazo de un tirón —. Ellie, no me obligues a llevarte al auto.

Chasqueo la lengua, camino hacia el auto y entro de una vez. Me mantengo de brazos cruzados mirando por la ventana.

Beth es quien conduce y Hershel va a su lado con Judith en brazos, nosotros vamos atrás.

Cuando papá se cruza en mi campo de visión apartó rápido la mirada molesta.

Daniel: No puedes estar enojada con él todo el tiempo —me murmura.

Ellie: Claro que puedo —el auto sale de la prisión.

Ellie: Claro que puedo —el auto sale de la prisión

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𝗦𝗼𝗺𝗼𝘀 𝘀𝗼𝗯𝗿𝗲𝘃𝗶𝘃𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲𝘀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora