41. Hospital Grady Memorial.

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Ellie: Voy a ir —repito por décima vez, al fondo se escucha a Sasha destrozando una de las banquetas.

Daryl: No, y deja de insistir, Ellie —lo miro molesta.

Ellie: No te estoy pidiendo permiso sino que afirmó que iré —voltea a verme.

Daryl: No tengas esa actitud conmigo, señorita —me advierte, me cruzó de brazos.

Ellie: Así es mi actitud, me educaste así, ¿lo olvidas?

Daryl: Sigo siendo tu padre, ¿lo olvidas? —muerdo mi mejilla y pongo los ojos en blanco —. No vuelvas a hacer eso.

Ellie: Esto es una completa mierda...

Daryl: La boca —me advierte.

Ellie: Es para salvar a Beth y a Carol, a Carol, papá. Ni siquiera deberías de oponerte —ignoro esa advertencia —. Quiero ayudar y lo voy a hacer.

Papá regreso ayer por la noche con un chico, Noah, y sin Carol. Dijo que encontró a los sujetos que secuestraron a Beth y ahora también tiene a Carol.

Noah, un afroamericano de veinte años, delgado, de cabello rizado y negro, y ojos marrones.

Estuvo encerrado en el lugar donde las tienen, sabe como llegar a ese lugar y ayudada a que entren.

Sasha, Ty, Rick y papá irán. Yo quiero ir, no quiero quedarme más tiempo en este lugar luego de lo que sucedio.

Daryl: Bien, ven aquí —me toma del brazo y nos alejamos para hablar —. ¿Qué diablos te ocurre? ¿Qué es esta actitud de porquería que tienes?

Ellie: Nada —hago que me suelte —. Solo déjame ir, y seré la tierna y linda niña que conoces.

Daryl: Guarda tu sarcasmo para Carl y Daniel —pongo los ojos en blanco —. ¿Crees que te dejaré con esos intentos de porquería?

Ellie: Bueno, al menos te estoy avisando —digo molesta.

Daryl: ¿Qué demonios quieres decir con eso?

Ellie: Que al menos yo te aviso lo que quiero hacer y no desaparezco a mitad de la noche sin decir nada y tener preocupado al otro porque habían asesinos de mierda en el bosque —le reclamo molesta.

Bien, luego de lo que sucedio con Gareth y ver a Rick dejándolo puré mi humor no se volvió mejor sino que fue empeorando hasta esto.

Quiero olvidar toda esa porquería, pero cada vez que me ven me preguntan si me siento mejor y ya me estoy hartando.

Daryl: Esa boca, maldición Ellie —bufé —. Y sabes porque tuve que hacerlo.

Ellie: Si, si, si —muevo las manos en forma de burla —. Todos me importan, a todos les digo que haré, pero siempre abandono a mi hija.

Daryl: ¡Ellie! —lo reto con la mirada —. Deja de verme así.

Ellie: ¿Por qué? —lo desafío —. ¿Vas a abandonarme de nuevo? ¿O vas a pegarme?

Daryl: ¿De verdad me crees capaz de pegarte sin nunca hacerlo antes? —me encogí de hombros sin darle importancia.

Rick: Oigan —volteamos a verlo —. ¿Qué pasa?

Ellie: Nada —desvío la mirada.

Daryl: Quiere venir con nosotros —siento su mirada —. Pero ni loca vendrá con nosotros.

Rick: Daryl, ella debería de venir —lo miro.

Daryl: ¿Te volviste loco?

Rick: Hablemos en privado —ellos se alejan.

𝗦𝗼𝗺𝗼𝘀 𝘀𝗼𝗯𝗿𝗲𝘃𝗶𝘃𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲𝘀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora