46. No Meterme En Problemas

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Al abrir los ojos lo primero que veo es tres rosas rojas en mi mesita de noche, ¿qué demonios?

Froto mis manos contra mis ojos antes de sentarme, las tomo y observó bien. Volteo a ver a Carl y veo que sigue durmiendo.

¿Cómo llegó a ponerlas ahí? Si se durmió antes que yo, a no ser que estuviera fingiendo hasta esperar a que durmiera.

Sonreí como boba y acerco las rosas para olerlas.

Me levanto de mi cama y me acerco a Carl, dejo las rosas en su mesita de noche antes de tirarme encima suyo.

Reí cuando despierta sorprendido y me mira con la misma sorpresa con la que se despertó.

Carl: ¿No podías despertarme con besos como hacen las novias normales?

Ellie: ¿Acaso soy una novia normal? —me siento en el borde, mantenemos contacto visual.

Carl: No, eres mi novio obsesionada con Disney —reí un poco —. ¿Y a que se debe que casi me causas un paro cardíaco?

Tomo las rosas y se las muestro.

Ellie: Gracias por esto, son lindas.

Carl: Ammm, ¿de nada? —me mira confundido —. Pero yo no fui quien te dejo eso.

Ellie: ¿De qué hablas? —pregunto confundida —. ¿No fuiste tú?

Carl: No, aunque me podría llevar el crédito pero no —se sienta en la cama —. Quizás fue Daryl.

Ellie: Papá regalándome una rosa roja, ¿en serio? —le pregunto —. Si hubiera sido él las habría puesto en una botella con agua y hubieran sido rosas cherokee.

Carl: Entonces no se quien pudo haber sido —mira hacia el frente, su expresión cambia a una de seriedad y entrecierra los ojos.

Ellie: ¿Qué? —le pregunto cuando se levanta, me doy la vuelta para seguirlo con la mirada

Carl: ¿La ventana no estaba cerrada? —me pregunta dándose un poco la vuelta para mirarme y señala la ventana.

Ellie: Si, me viste cerrarla ayer —me levanto y acerco a él.

Le da un pequeño empujón a la ventana y está se abre, frunci aún más el ceño. Pero, ¿qué demonios?

Ellie: Se supone que debería estar cerrada, la cerré ayer —aseguro.

Carl: Te creo, te vi hacerlo en la noche —nos miramos —. Alguien debió de abrirla y entrar.

Miro las flores en mi mano y las arrojo lejos, miro a Carl y se ve realmente molesto.

Ellie: Alguien entro a nuestra habitación y dejo esas rosas —esto debe de ser un maldito chiste.

Primero el psicópata de Terminus y ahora otro psicópata que entra a nuestra habitación para dejar rosas en mi mesita de noche.

Ellie: Esto está mal, muy mal.

Carl: Oye, no te preocupes —me sostiene de los hombros —. Mantengamos calmados y hablaremos con papá de esto, ¿de acuerdo?

Ellie: De acuerdo.

Carl: Ve a cambiarte, yo tiraré esas flores —asentí —. Tranquila, ¿de acuerdo?

Ellie: De acuerdo —nos damos un corto beso.

Camino al armario y tomo algo de ropa, camino hacia el baño para cambiarme.

Al cerrar la puerta dejo escapar un largo suspiró, ahora ni siquiera podré dormir si hay un loco entrando por la ventana mientras dormimos.

Mi situación no puede empeorar.

𝗦𝗼𝗺𝗼𝘀 𝘀𝗼𝗯𝗿𝗲𝘃𝗶𝘃𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲𝘀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora