52. Una Cita Perfecta

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Me trajeron a mi habitación para descansar mejor aquí, ya son cuatro días desde lo que sucedió.

No me dejan salir mucho de la cama a no ser que sea para ir al baño o darme una ducha, la abuela viene muy seguido para cuidarme.

Entre ella y Carol me mantienen limpia la herida y evitan que intente rascarme las suturas, ¡¡es que pica mucho!!

Los primeros días fueron horribles por el dolor, pero ahora me muero de aburrimiento.

Los demás se encargan de limpiar la comunidad y de arreglar el muro, también aprovechan para expandir la comunidad.

Mientras que yo me quedo todo el día acostada, sin hacer nada.

¡Esto es muy aburrido!

Carol: Ve que ya estas despierta —trae mi desayuno —. ¿Cómo te sientes?

Ellie: Con ganas de querer salir corriendo de aquí —ríe, coloca la bandeja sobre la cama —. ¿Qué tal esta todo afuera?

Carol: Ya hemos sacado a varios de los cuerpos y hemos encontrado paredes laminadas para el muro.

Ellie: Quisiera ayudar, pero estoy aquí de inútil.

Carol: Ellie, recibiste un disparo y perdiste sangre —suspiró frustrada —. Debes descansar.

Ellie: Si, ya lo sé —digo de mala gana, ella me acerca mi desayuno, tomo la cuchara de mala gana

Carol: Ellie, casi te perdemos —la miro —. Te dispararon y fue a corta distancia, pudo perforarte algún órgano.

Ellie: Lo sé —suspiró rendida —. Gracias por el desayuno.

Carol: No hay porque —besa mi frente antes de irse.

Miro la comida y empiezo a comer, som cosas livianas porque no quieren arriesgarse con nada.

Y esta claro que cuando salga de esto no me dejaran salir de la comunidad para explorar, papá se volvió aun más Sobreprotector.

Maldito Jacob y su obsesión con querer matar, su cuerpo y la de su familia la quemaron, no queda nada de la familia Anderson más que cenizas en algún lugar del bosque.

Ellie: Maldito idiota —murmuró.

Eugene pudo reparar uno de esos videjuegos qué no necesitan tanta conexión y me lo regalo para que no me aburriera

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Eugene pudo reparar uno de esos videjuegos qué no necesitan tanta conexión y me lo regalo para que no me aburriera.

Ellie: Carajo —sigo perdiendo en este maldito juego, dejo esa cosa sobre la cama de un golpe.

Carl: ¿Qué culpa tiene la consola sup de que seas mala jugando? —volteo a verlo.

Ellie: Vienes del asco —Carl se acerca.

Carl: Gracias, yo también te amo —me da un casto beso para luego alejarse.

Abre el armario y empieza a quitarse la camisa qué tiene sudor y mucha tierra.

𝗦𝗼𝗺𝗼𝘀 𝘀𝗼𝗯𝗿𝗲𝘃𝗶𝘃𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲𝘀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora